En estos momentos en que estamos lentamente volviendo a una vida más normal, sería interesante revisar, desde la mirada del eneagrama, cómo hemos vivido, particularmente a nivel familiar, la escolaridad de nuestros hijos.

A aquellas personas con un eneatipo dominante UNO, se les hizo muy difícil dejar la exigencia de lado: juzgaron automáticamente los procedimientos implementados a través de la pantalla por los docentes, en la continuidad pedagógica de sus alumnos. Cada nueva medida fue objeto de críticas y de sugerencias, en el convencimiento de contar con la verdad como aliada porque, básicamente, son idealistas, auto-disciplinadas, exigentes y perfeccionistas. Estas cualidades tomaron el protagonismo en tiempos de pandemia. Su lema fue: ”La calidad no es negociable”

Si consideramos al eneatipo DOS, observamos que en estas personas la energía afectiva estuvo de manifiesto en cada una de las situaciones familiares y escolares que se fueron presentando. Su necesidad de amparar y proteger a los demás, fue la protagonista en la burbuja del hogar, de manera rotunda y elocuente. Mientras que a la distancia, se manifestó en mensajes o mediante expresiones que garantizaran al destinatario, que su afecto y contención estaban intactos, aún en este difícil momento. Su frase más empleada fue: “¡Cuidate!”

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Los eneatipos TRES se focalizaron, más que ningún otro eneatipo, en todo tipo de acciones para que la calidad de la escolaridad de sus hijos y/o allegados sufriera el menor deterioro posible. En tal sentido, se embarcaron en la cruzada a favor de la virtualidad, con el claro objetivo de lograr que los medios audiovisuales y las transmisiones on- line fuesen exitosas. Lejos de lamentar la inverosímil situación, su lema es y será: “Si la gente tuviera la misma motivación y capacidad de trabajo, habría menos problemas”

Las personas con características del eneatipo CUATRO, sensibles y dramáticas, leen la realidad a través del filtro de sus sentimientos y tienen una natural capacidad intuitiva. Gracias a una profunda necesidad de intimidad, fueron los que rápidamente sintieron de qué modo estaba siendo afectada no solamente su vida, sino la de los demás, bajo estas circunstancias. Son justamente todas estas características las que les permitieron desarrollar una actitud auténticamente comprensiva, a nivel familiar y con los educadores. Su frase fue: “A sentir intensamente cada momento”

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Quienes tienen como eneatipo dominante al CINCO, vivieron el aislamiento como una oportunidad para replegarse y observar, ya que su natural tendencia al aislamiento se vio favorecida en tiempos de pandemia. Desde ese lugar, pudieron analizar, cuestionar y contemplar la realidad para obtener de ella conocimiento y crecer. Siempre privilegian el estudio, que ocupa un lugar central en sus vidas, y esta fue la ocasión ideal para dedicarle tiempo de calidad, a todo lo nuevo por descubrir, junto a su entorno cercano. Su lema: “La vida sigue siendo interesante”

Para las personas con características del eneatipo SEIS, fueron tiempos muy difíciles de remontar. En su añoranza de seguridad, necesitan instituciones o autoridades externas bien definidas que les brinden repuestas infalibles. Y bien sabemos que en estos tiempos imperó la imprevisibilidad y la incertidumbre. Como padres fueron fieles cumplidores de toda nueva norma que las instituciones educativas dictaron, porque obedecer representó la principal actitud que les brindó cierta tranquilidad, dentro de la compleja situación. A sus hijos les recordaban: “Hay que cumplir con las tareas y con el aislamiento”

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Los eneatipos SIETE relativizaron la situación, enmascarando el sufrimiento, debido a su dificultad para sostener la presión. Adoptaron estas conductas como un juego mental para protegerse de situaciones que no desean enfrentar, como una forma de escaparse del aquí y ahora. Es así que lograron mostrarse encantadoras y positivos, en la pandemia. Esto les permitió afrontar lo desconocido e imprevisible con cierto look optimista, a pesar de lo que ocurría a su alrededor. Fueron los que más disfrutaron a sus hijos en casa, no necesariamente “haciendo tareas”

Las personas con características propias del OCHO no dejaron de expresar sus opiniones, siempre claras y contundentes, a la hora de tomar decisiones. Tienen una gran necesidad de ser respetadas en lo concerniente a sus ideas y espacio personal. Su visceral anhelo de justicia y sus fuertes convicciones las llevaron a embarcarse en causas que tuvieran como eje el buen desarrollo de la escolaridad. Su lema es: “Cuando actuamos con determinación, generamos respeto a nuestro alrededor”

El carácter tranquilo y ecuánime que caracteriza al eneatipo NUEVE tiene el efecto de lograr que a los demás les resulte grato escucharlos y aceptar lo que expresan. Como padres, bajo estas circunstancias, fueron los que han podido establecer un buen clima de convivencia y han acompañado a sus hijos en el complicado tránsito escolar, allanando y simplificando los inconvenientes que se fueron presentando. Su frase fue: “No te preocupes, ya todo se va a arreglar”

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Estos tiempos han representado un verdadero desafío para todos nosotros: como familias, como docentes, como hijos. Al mismo tiempo, fue nuestra gran ocasión de responder con el bagaje que traemos y con las nuevas estrategias que desarrollamos y seguimos despuntando.