La energía solar es una fuente de energía renovable que se obtiene a partir de la luz del sol y con la que se puede generar calor y electricidad.
Aunque la radiación solar que alcanza la tierra ha sido aprovechada desde la antigüedad a través de diferentes dispositivos y tecnologías, ha primado el uso de combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón, que han generado un alto impacto negativo en el medioambiente.
Sin embargo, a través de diversos captadores es posible volver a aprovechar la luz del sol para generar energía. Además, la extensión del desarrollo y la aplicación de estas tecnologías, al ser limpias, prácticamente inagotables y económicas conllevarían grandes beneficios a largo plazo como la reducción de la contaminación y la soberanía energética, entre otras.
Según informes de la organización Greenpeace, la energía solar fotovoltaica (es decir, aquella que transforma los rayos en electricidad mediante el uso de paneles solares) podría suministrar electricidad a dos tercios de la población mundial en 2030.
Si bien la implementación de las tecnologías y dispositivos que permiten el desarrollo de este tipo de energía suelen ser costosos, cada vez son más las personas que recurren a alternativas de construcción más respetuosos con el medio ambiente. A su vez, también son más las empresas que se suman a la iniciativa de su desarrollo. Probablemente en los próximos años estos dispositivos serán más accesibles y la combinación de tecnología y ecología estará el alcance de nuestras manos.
Tejas solares que generan energía renovable
A través de un innovador sistema es posible producir la energía que precisas en tu hogar mediante la instalación de tejas tradicionales de arcilla que contienen en su interior cuatro celdas solares fotovoltaicas. De esta manera, el sistema, denominado TechTile, permite generar electricidad o calor de forma totalmente gratuita. Las tejas solares son capaces de producir 3 KW de energía cada 40 m² de área instalada; cantidad que se eleva por encima de la requerida en promedio por una casa .
Aunque estos productos suelen ser costosos, a largo plazo los beneficios económicos son mucho mayores, ya que implica la posibilidad de autoproducir la cantidad de energía que necesitas, sin pagar facturas y, principalmente, sin dañar el ambiente. Además, a nivel estético, la instalación de los paneles solares convencionales suele ser más invasivo respecto del diseño, a diferencia de estas tejas prácticamente idénticas a las tradicionales.
Tejas solares de vidrio
Otro sistema existente es el ideado por la empresa sueca SolTech Energy que fabrica tejas solares de vidrio con base de nylon negro que funcionan absorbiendo el calor y transmiéndolo al aire que circula por debajo de las tejas hasta lograr calentarlo. Gracias a la adición de un acumulador de calor, esa energía puede utilizarse tanto para la calefacción como para el agua caliente. De esta manera, las tejas no calientan agua, sino aire limpio.
Además, al pesar lo mismo que las de arcilla no suponen cargas adicionales que deban preverse en la construcción. A su vez, el vidrio tiene la ventaja de ser un material fácil de producir y reciclar. Se puede utilizar para sustituir cualquier techo, para dar sombra a cualquier espacio abierto, para cubrir piscinas, entre muchos otros espacios.
Por último, este sistema tiene gran eficiencia: por cada metro cuadrado se puede generar 350 KW de calor en una vivienda de tamaño medio, lo cual reduce los costos energéticos al mismo tiempo que disminuye la contaminación.
Otra innovación ecológica en los tejados ¡de industria Argentina!
Tejados de caucho y plástico reciclado
Un equipo de investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) desarrolla hace dos años un proyecto para crear tejas de caucho a partir de la reutilización de neumáticos viejos. Al mismo tiempo que desarrolla un material alternativo al hormigón y de mayor flexibilidad y duración (ya que no se fractura), el uso de estas tejas favorecería el cuidado del medio ambiente, dado que el caucho tarda alrededor de 500 años en degradarse.