Originario de china, el ginseng es un tipo de planta perteneciente al género Panax. La raíz corresponde al elemento medicinal más valioso y por ende, más aprovechado, al que se le atribuye multitudes de propiedades y beneficios. Mientras que la hoja sirve para algunas infusiones pero se utiliza de forma más limitada.
Investigadores médicos, no solo de china, han estudiado la planta de ginseng durante muchos años, reconociendo su eficacia para números tratamientos de salud. La forma de aprovechar la raíz es secándola. Una vez que se encuentre en este estado se utiliza para hacer infusiones, extractos, cápsulas, cremas u otras preparaciones de aplicación externa.
Ahora bien, no solo existe el ginseg Asiático, también hay otras variedades muy beneficiosas para la medicina. ¿Cuáles son? A continuación de hablamos sobre los otros tipos de ginseng que ofrece la naturaleza.
Tipos de ginseng
La primera variedad de ginseng que se conoció fue el asiático, sin embargo, existen muchas otras. De hecho, hay una propia en el continente americano y no solo eso, aún queda más, estos son los tipos más conocidos y utilizados:
- Ginseng Asiático.
- Ginseng Coreano.
- Ginseng Siberiano.
- Ginseng Americano.
Cada uno de ellos puede diferir en algunas propiedades muy pequeñas. Sin embargo, al ser de la misma familia, suelen tener características idénticas o muy similares.
En este contexto, detallaremos las propiedades y beneficios de esta famosa raíz en líneas generales. Sin dejar atrás las múltiples formas en las que se puede aprovechar para la salud.
Propiedades del ginseng
La raíz del ginseng cuenta con un alto contenido en ginsenósidos, estos son componentes activos químicos responsables de sus propiedades medicinales.
Entre estas propiedades destaca un alto contenido en vitaminas y aminoácidos, especialmente del grupo B y C. Además, el ginseng es una gran fuente de aceites esenciales, los cuales funcionan como hidratantes y desintoxicantes. Es importante resaltar que la variedad coreana o ginseng rojo es el más estimulante de todos, logrando un efecto en la circulación y oxigenación sorprendente.
También se puede destacar como propiedades su función energizante, su favorecimiento al cuidado de la memoria y su protección al sistema inmunológico. Asimismo, fortalece el sistema cardiovascular y reduce los niveles de colesterol y triglicéridos.
Una vez que conocemos sus propiedades nutricionales, veamos los múltiples beneficios que estas otorgan a la medicina.
Beneficios del ginseng: ¿Para qué sirve?
Esta hierba de agradable olor ofrece una serie de ventajas para el cuerpo humano, razón por la cual se ha logrado hacer de mucha fama en el mundo. A continuación las detallamos.
- Incrementa el rendimiento físico y mental
El ginseng estimula las funciones mentales y de la memoria cuando se necesita un esfuerzo extra tanto mental como físico. Algunas investigaciones han demostrado que refuerza la capacidad de una persona en estado de agotamiento psicofísico, reduciendo la sensación de cansancio. También mejora la memoria y la concentración en estudiantes gracias a los ginsenósidos.
- Activa el sistema inmunológico
Los ginsenósidos que contiene esta hierba ayudan a la proliferación de los linfocitos, esto resulta muy beneficioso en pacientes con capacidad inmunológica deprimida. También se ha comprobado que aumenta la capacidad de las defensas contra agentes tóxicos como el virus de la gripe.
- Protege el sistema cardiovascular
La administración de una dosis controlada de ginseng ayuda a reducir el nivel de la frecuencia cardiaca y la presión arterial.
- Ayuda a tratar la diabetes
Debido a que esta raíz cuenta con propiedades hipoglucemiantes, algunos expertos la recomiendan como tratamiento coadyuvante de la diabetes.
- Previene la formación de úlceras causadas por estrés
El extracto de ginseng ayuda a prevenir la actividad antigastrítica y ulcerosa. De esta manera reduce la producción de ácido clorhídrico en el aparato digestivo.
- Combate la disfunción eréctil
Muchos estudios respaldan el uso del ginseng por vía oral para el tratamiento de la impotencia masculina.
Contraindicaciones
A pesar de que los efectos secundarios del ginseng son muy inusuales y leves, cuando se toma de manera excesiva es posible padecer algunas contraindicaciones. Entre estas se puede notar el insomnio, agitación e inquietud, así como la hipersensibilidad a la hierba. Y si se abusa de esta raíz, los síntomas anteriores pueden convertirse en taquicardias, efectos indeseados en el estómago y alteraciones nerviosas.
También se debe tener en cuenta las interacciones que pueda tener el ginseng con otros medicamentos que se tomen al mismo tiempo. Por ejemplo:
Para las personas diabéticas el efecto de esta raíz puede intensificar los efectos de los fármacos hipoglucémicos. En el caso de los pacientes hipertensos el uso del ginseng no es recomendado, y para aquellos que toman medicamentos que potencian la fuerza de contracción del corazón.
Tampoco es aconsejable su uso para las personas con enfermedades autoinmunes como el lupus, la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple. De igual manera, no pueden tomarlo aquellos que hayan tenido enfermedades que estén relacionadas directamente con los estrógenos (cáncer de mama y ginecológicos).
Cuidados del Ficus Ginseng
Antes de explicar cuáles son los cuidados que debe tener el Ficus Ginseng, hablemos un poco a que nos referimos con este nombre. Esta especie conocida científicamente como ficus microcarpana, es llamativa por su tamaño y sus raíces aéreas y gruesas.
El nombre de esta planta proviene del latín “higo” y del japonés que se traduce como “zanahoria”. De allí que su aspecto parezca de nabo, y sus raíces se engrosen por la acumulación nutrientes.
La planta puede alcanzar un metro de altura, pero habitualmente se cultivan como bonsái. El aspecto de sus hojas es verde brillante. Y aunque algunas personas confunden el Ficus Ginseng con el Ginseng medicinal, lo cierto es que esta planta es de uso ornamental y para decoraciones de interiores.
Ahora bien, si quieres tener uno de ellos en casa, es preciso que conozcas como debes cuidarlo.
- Ubicación
La planta se puede sembrar directamente en la tierra del jardín o en una maceta si se desea colocarla en el interior de la casa.
- Riego moderado
La tierra debe estar húmeda, en verano es necesario regarla 2 vece por semana. Pero, se debe evitar que la base de las raíces aéreas se encuentre húmeda, ya que esto puede atraer plagas.
- Podar cuando sea necesario
Una buena poda es imprescindible, se debe realizar entre mediados del verano o finales de la primavera.
- Abono frecuente
Una vez al mes debe aplicar abono, esto desde el inicio de la primavera hasta la llegada del otoño.