La ansiedad ocasional sobre el futuro es una parte normal de la vida. De hecho, nuestros cerebros están programados evolutivamente para preocuparse: Nuestros ancestros que vivían en cuevas e imaginaban lo peor al escuchar el crujido de las hojas tenían mayores probabilidades de sobrevivir a un depredador
Así que preocuparse, hasta cierto punto, es una parte natural de la vida: Nos preocupamos por pagar una factura, una primera cita, el clima que hará el día de nuestro cumpleaños.
Eventualmente, sin embargo, nos damos cuenta de que preocuparse por el futuro no predice ni evita los problemas del mañana, solo le quita la alegría al hoy. Y que dar vueltas sobre el pasado no cambiará lo que sucedió. Porque el único lugar donde realmente tenemos capacidad de actuar es en el presente.
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Meditar para controlar los pensamientos
Cuando se trata de atajar la preocupación, la meditación puede ser una gran aliada. Con la práctica, aprendemos a alejarnos de los pensamientos y emociones que generan los peores escenarios; y en cambio, desarrollamos una conciencia que nos permite no solo ver lo que nuestra mente está inventando, sino a estar menos desencadenados por la preocupación.
De cualquier manera, la meditación no se trata de detener los pensamientos o poner la mente en blanco. Más bien, este es un error de comprensión (bastante habitual) que ha llevado a muchas personas a abandonar esta increíble práctica. Meditar es darse cuenta de que el pensamiento es una experiencia que se tiene pero que no eres tú, de ahí que puedas cambiar tus pensamientos al observarlos.
Lo que somos es quien observa, quien decide de qué manera se afrontará al miedo, a la crítica o a la negatividad.
Recuerda que los pensamientos no son verdades sino lugares comunes de la mente, aquellos que aprendió por tu condicionamiento y experiencia de vida. De ahí que la realidad de cada uno no sea más que una interpretación de los hechos que suceden en el mundo.
Si te preguntas cómo meditar fácilmente y controlar la ansiedad continúa leyendo esta nota.
¿Pero cómo se medita?
La meditación es una práctica milenaria que ha sido utilizada por personas de todos los ámbitos para relajarse y encontrar la paz interior. El objetivo de la meditación es simplemente centrar la atención en el momento presente y dejar de lado todos los demás pensamientos.
Una persona rezando el rosario se, un niño contando ovejas o un judío haciendo genuflexiones frente al muro de las lamentaciones están, de cierta forma, meditando. ¿Por qué? Porque al concentrarse en una sola cosa su mente deja de rumiar en pensamientos automáticos.
La meditación tiene muchas variantes y técnicas para lograr ese objetivo, como los mantras (repetir un sonido u oración significativa muchas veces), a través de los cinco sentidos o ejercicios de respiración.
Por ejemplo, al concentrarnos en los sonidos que nos llegan a través sentido del oído, por ejemplo, notamos cómo este se agudiza poco a poco, y la información que le llega a través del resto de los sentidos se va haciendo menos relevante, pudiendo incluso llegar a dar la sensación de desaparecer.
Asimismo, cuando meditamos haciendo foco en la respiración, el objetivo es que la mente se concentra a tal punta que solo perciba el movimiento de las fosas nasales al respirar, el sonido del aire, y la variación de la temperatura al entrar y salir del cuerpo. Y nada más.
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Entonces, ¿Se pueden detener los pensamientos?
La respuesta es no exactamente, pero sí se puede entrenar la mente para llevarla conscientemente hacia donde tú desees, de forma tal que dejemos de creer que lo que pensamos es “la verdad” y entender que esos pensamientos no son más que interpretaciones, que no nos pertenecen, y que podemos modificarlas.
Se trata, en definitiva, de aprender a dominar y observar cómo los pensamientos van y vienen para evitar que sean ellos los que dominen nuestros actos.
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Recuerda que una vida más feliz y plena está al alcance de tu mano, solo necesitas decisión y consistencia.
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