El virus del Oropuche, una amenaza subestimada en América Latina está generando un número preocupante de infecciones. este patógeno se transmite por la picadura de insectos, está minimizado en Latinoamérica y es probable que los casos aumenten debido a factores climáticos, como el cambio de temperaturas o las precipitaciones.
Un estudio basado en modelos informáticos que encabezó el Hospital Universitario Charité de Berlín, intentó identificar predictores y zonas de riesgo de transmisión del virus del Oropuche (OROV) en América Latina. La zona experimentó un brote de magnitud y propagación sin precedentes desde 2023-24 por razones desconocidas, escriben los investigadores.
The Lancet Infectious Diseases publicó una investigación, que se basa en un “conjunto de datos serológicos de OROV sin precedentes”, con 9.420 muestras de seis países (Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador y Perú) tomadas entre 2021 y 2022. Los especialistas detectaron anticuperpos contra el OROV en el 6,3 % de las muestras y en 43 de las 76 provincias donde se habían recogido (57 %).
Trastorno febril
La enfermedad del Oropuche es una afección febril, de la que los pacientes suelen recuperarse velozmente, aunque algunos presentan síntomas graves, causada por ese virus que se transmite a los humanos a través de las picaduras de jejenes infectados y, posiblemente, de algunos mosquitos.
El virus, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), está presente sobre todo en Sudamérica y el Caribe, pero desde diciembre de 2023 se hallaron más casos en zonas de la región donde antes no se había detectado.
En 2024 se registraron en la región más de 10.000 casos de la enfermedad, para la que no hay tratamientos o vacunas específicas. Los síntomas más usuales son fiebre, cefalea, dolores articulares y musculares, escalofríos, náuseas, vómitos y exantemas.
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estudios realizados
La investigación que fue dada a conocer en el Congreso de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas halló una clara correlación entre los factores ambientales y la propagación del OROV. Los datos sugieren “que los factores climáticos son los impulsores más importantes de la propagación de OROV y fueron potencialmente exacerbados durante 2024 por eventos climáticos extremos”, describe el estudio.
Los factores ambientales serían responsables de la mayor parte (más del 60 %) de la variación. El modelo identificó otros factores, como la distancia a los asentamientos humanos (10 %) y la deforestación (4,5 %), resume la revista.
El estudio señala que fenómenos meteorológicos extremos, como El Niño, y futuros cambios en el uso de la tierra, como la deforestación, podrían aumentar los brotes del OROV en América Latina. Los factores ambientales están estrechamente relacionados con la propagación del virus, lo que sugiere que el riesgo de infección podría variar con los cambios climáticos, provocando futuros brotes a gran escala. Para prepararse ante futuros brotes, los estudiosos creen que es necesario “diagnósticos mejorados, la vigilancia y el control de vectores en las zonas endémicas actuales y futuras.
Fuente: INFOBAE