Una interesante noticia nos llega desde Sudáfrica. En esa nación, logran contrarrestar el efecto del cambio climático y la carencia alimentaria mediante el uso de métodos indígenas para trabajar la tierra, obteniendo cultivos de tierras que parecen ya secas.
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La agricultora Rosa Ramaipadi enseña técnicas indígenas
Ella es una mujer de 58 años. Reside en la zona de Onverwacht, Limpopo, en el noreste de Sudáfrica, Mientras muchos consideran que las tierras secas con un caso perdido, ella considera que aún tienen una oportunidad.
“No hemos tenido mucha lluvia, así que aún no hemos sembrado. Pero todavía tenemos una oportunidad [si llueve] a finales de diciembre”, dice esta mujer, quien procura tener todo en la mejor condición para cuando lleguen las lluvias.
Las tierras de la región lucen rojas, resecas. Cuando sopla brisa, un polvo colorado sube hasta el cielo. El suelo está tan seco que se agrieta y no se ven plantas, en lo que otrora fuese una geografía con gran cantidad de haciendas.
La agricultura orgánica y la pelmacultura
Son nombre que se usan ahora, que se escuchan muy técnicos, pero que en realidad se refiere a maneras de cultivo que ya habían sido usadas por los aborígenes de la región. Tal es el caso de uso de semillas resistentes a la sequía.
Uno de los problemas es que las semillas autónomas de Sudáfrica fueron sustituidas por otras, obtenidas mediante transgénicos. Empero, estas últimas semillas no tienen la capacidad de tolerar largos periodos sin agua.
Rosa Ramaipadi recuerda que sus abuelos sembraban y también debían sobrellevar sequías ocasionales. Sus abuelos le decían que las semillas autóctonas se habían aclimatado, que eran las únicas que podían dar plantas que se mantuvieran cuando escasearan las lluvias.
Otros métodos promovidos por Rosa Ramaipadi son: los fertilizantes verdes, la captación de la poca cantidad de agua de lluvia, la conservación de suelos y el compostaje. Formas tradicionales de agricultura que ahora renacen con éxito.
El reto: enseñar métodos tradicionales de agricultura
Rosa Ramaipadi es presidenta de la fundación Mzansi Climate Smart Agriculture. Es una red integrada por poco más de 100 agricultores, quienes se afanan en poner en práctica y enseñar técnicas de cultivos ancestrales.
Ella asevera que uno de los problemas es que la gente se acostumbró a las usanzas tecnológicas e importadas de agricultura. Son estrategias intensivas, que debilitan el suelo y que no logran llevarse a cabo en un contexto de sequía.
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¿Ha tenido éxito Rosa Ramaipadi? Su granja produce lo suficiente para subsistir. Si las lluvias llegan, entonces logrará obtener cosechas para vender y obtener ganancias. ¡Tarde o temprano lloverá!, asevera ella.
Fuente:
La Nación