Los brazos del Siete son el Uno y el Cinco
- El UNO es el idealista. Se distingue por ser ético, confiable, ordenado y disciplinado. Valora la honradez y es equilibrado y objetivo en sus juicios. Su modo de proceder estimula a los demás a organizarse y superarse a sí mismos. Le trae al Siete la posibilidad de disciplinarse y pasar del desorden al método.
- El CINCO es el observador. Es contemplativo, introvertido y solitario. Su capacidad de análisis y síntesis le permite establecer conexiones entre ideas diferentes, indagando la realidad en detalle. Posee óptimas capacidades críticas y de observación. Es un espejo donde el Siete, siempre optimista e hiperactivo, encuentra la posibilidad de parar y hacer foco en lo medular.
Los brazos del Ocho son el Cinco y el Dos
- El CINCO como buen observador, reflexiona sobre los misterios de la vida. Por lo tanto, observa la realidad para obtener de ella conocimiento y, en consecuencia, tener la posibilidad de crecer. Es contemplativo, introvertido y solitario. Tiene óptimas capacidades críticas y de valoración. Teniendo en cuenta estas características, le brinda al Ocho la oportunidad de atemperar su impulsividad, dándole paso a la cautela.
- El DOS es afectuoso, generoso y empático. Su capacidad de entrega hace posible que intuya las necesidades de los demás y su generosidad, lo lleva a actuar en consecuencia. El cariño e interés que siente y el bien que prodiga, lo hace sentir una persona valiosa. De igual modo, es reconocido y valorado por todo aquel que está en contacto con él. Este modo de actuar puede apaciguar la impulsividad del Ocho, invitándolo a desarrollar el respeto por el otro.
Los brazos del Nueve son el Seis y el Tres
- El SEIS es el confiable. Es una persona correcta, leal, dedicada. Es responsable en el cumplimiento de los compromisos contraídos y fiel a las personas y al deber. No tolera situaciones ambiguas: necesita autoridades externas firmes y procedimientos bien definidos a seguir. Es así como logra sentirse tranquilo y procede con seguridad. Motiva al Nueve a dejar de lado la imparcialidad y lo invita a comprometerse.
- El TRES es el exitoso. Le resulta natural llevar adelante sus proyectos de manera efectiva y competente, proponerse objetivos y cumplirlos, así también como motivar a las personas, apasionándolas y capacitándolas. Lo anima un alto nivel de energía y confianza. Mira el futuro con optimismo y trabaja con intensidad y eficiencia. Todo lo mencionado resulta la motivación necesaria y suficiente para impulsar al Nueve de la pasividad a la acción.
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