Este preciso instante, mientras lees estas líneas, es único. También lo es cada uno de los momentos de tu vida. Pero nos hemos acostumbrado a vivir con ansiedad, concentrados en lo que tenemos que hacer, en lo que vendrá después, en lo que será de nuestro futuro; o con angustia, pensando en lo que sucedió y en lo que podría haber sido diferente.
Vivir el presente es mucho más que una frase cliché, puede ser todo un desafío. No se trata de que no nos importe nada más que nosotros mismos, en clave egoísta, ni tampoco que nos hagamos daño sin pensar en el mañana. Es una invitación a valorar, a agradecer, a aceptar, a vivir de una forma más sana, conectada, alegre, positiva y sobre todo, real.
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Muchos de los problemas que nos aquejan tienen que ver justamente con las expectativas que le ponemos a las cosas y con lo que nos genera que no ocurran en el momento que esperamos, de la forma que deseamos, o que no sean tan similares o diferentes de otras cosas que ya pasaron.
Pero una opción para cambiar el enfoque es tomarnos lo que sucede como una experiencia, como un aprendizaje, perfecto tal y como es.
¿Te parece imposible? Probablemente al comienzo sea difícil, pero luego de hacerlo te sentirás aliviado. Bajar las expectativas nos ayuda a aceptar y a procesar lo que nos sucede a nosotros o a nuestro alrededor con mayor tranquilidad y sabiduría.
Vivir en el presente es convertir lo que sería un problema en una experiencia. La experiencia se vive, mientras que el problema, se sufre, se padece.
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Filosofía zen
"Zen" es una forma de vida, un camino de despertar profundo e interior. Surgió desde diferentes escuelas budistas en India y floreció en Japón.
Es el origen de prácticas como el mindfulness, que justamente busca poner foco en el momento presente.
Por eso la filosofía zen nos acerca herramientas como la meditación, de atención plena, que mediante el foco en la respiración nos permite entrar en contacto con lo más profundo de nuestro ser, fuera de lo accesorio, lejos de la conciencia, del juicio.
Así, nos propone vivir desde nuestra esencia, descubrirla. Nos invita a no anticipar, a no volver al pasado, y a aceptar. Vivir con simpleza, con conciencia, con atención, sin identificarnos con pensamientos o sentimientos. Porque, según el Zen, no somos lo que pensamos ni lo que sentimos, sino algo más profundo: una esencia que permanece y brilla a cada instante.
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