7. CUATRO Y OCHO: EJE DE LA FUERZA
El Cuatro y el Ocho comparten el eje de la fuerza (de la fuerza creadora interior al poder exterior y viceversa). El Cuatro es el creativo. Su gran riqueza emotiva y su especial sensibilidad le dan acceso a las vivencias interiores y a cultivar la espiritualidad. Ayuda al Ocho a transitar desde su poder natural de dominio hacia la fuerza creadora interior. Al mismo tiempo, el Ocho transmite intensidad, fuerza, decisión y realismo en lo que emprende. La claridad de sus ideas y la autenticidad de sus convicciones le permiten comunicar a su entorno su visión, implicándolo en sus causas. En tal sentido, ayuda al Cuatro a fortalecer la confianza en sí mismo, a autoafirmarse.
8. CUATRO Y NUEVE: EJE DE LA INTERIORIDAD
El Cuatro y el Nueve comparten el eje de la interioridad (de la observación a la aceptación y viceversa). El Cuatro siente intensamente la energía de la vida. Percibe la belleza en la naturaleza y en las personas. No se deja seducir por autoridades formales, sino que venera a aquellos que transmiten un mensaje profundo. Sugiere al Nueve no invisibilizarse, cultivando su autenticidad. En tanto que el fino equilibrio del Nueve, su capacidad de escucha sin ser crítico ni formulando juicios sobre los demás y su anhelo de armonía, lo ayudan a alcanzar la paz interior. Sugiere al Cuatro pasar de la comparación a la autovaloración, aceptándose.
9. CINCO Y NUEVE: EJE DE LA CONTEMPLACIÓN
El Cinco y el Nueve constituyen el eje de la contemplación (de la armonía interior a la externa y viceversa). El Cinco, como buen observador, reflexiona e indaga la realidad, contemplándola en silencio, para obtener de ella conocimiento y crecer. Es introvertido, solitario y analítico. Brinda al Nueve la posibilidad de explorar en soledad su íntima armonía interior para, finalmente, exteriorizarla. Por lo tanto el Nueve recurre a la soledad y al silencio no para aislarse, sino para recuperarse de las presiones externas. Su carácter tranquilo y equilibrado, la aceptación de las diferencias y su fina intuición para detectar los intereses de todos, le permiten actuar como el gran conciliador. Invita al Cinco a transitar de la complejidad intelectual a la armonía.