Tener discusiones es parte de cualquier relación. No podemos estar de acuerdo en todo ni congeniar 100% con el otro. Pero ni faltarse el respeto ni pelearse constantemente por todo son síntomas de una relación sana y positiva.

Lo que sucede, además, es que muchas de esas discusiones suelen ser por cosas tontas, como dejar la tapa del retrete levantada, la ropa interior secando en la ducha o no sacar la basura.

Si sumamos una discusión por cada una de esas cosas, sobre todo en una pareja que convive, el nivel de estrés y malhumor puede ser insoportable. ¿Y para qué? ¿Es realmente necesario?

En esta nota te contaremos algunas de las peleas tontas que es mejor evitar si quieres tener una relación seria y saludable. Eso sí, tú sabes bien si estas peleas son solo parte de la rutina o si son solo excusas que hacen salir a la luz que cuestiones más profundas de la relación no están funcionando bien.

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Demostrarle al otro que eres capaz

Hay personas que, cuando se ponen en pareja, tienden a querer llevar el control de las situaciones; incluso, del otro. Por eso, muchas peleas pueden surgir inconscientemente solo por su necesidad de demostrar que está en una posición superior, y que el otro está equivocado o lo hace mal.

Aquí hay mucho del ego que necesita trabajarse para evitar las peleas y para no hacer sentir al otro mal, solo para demostrar quien lleva el timón. ¿No es mejor un liderazgo compartido en la pareja? Algo contrario ya es anticuado, ¿no lo crees?

"Tú empezaste"

Esto nos hace recordar las peleas de niños que se echan la culpa entre ellos, justificando sus equivocaciones en que "el otro empezó" o que "el otro también lo hizo".

Esto, en los adultos, funciona igual: es una manera de no hacerse cargo de las propias palabras, acciones o sentimientos.

"Trapitos al sol"

Algo muy común en las parejas también es discutir por cosas que ya pasaron, se hablaron y supuestamente quedaron atrás. Traerlas una y otra vez al presente es indicio de que algo de eso aún está afectándole a alguno de los dos. Es mejor hablarlo que mentirse y decir que quedó atrás cuando constantemente es motivo de una discusión.

Caprichos

Hay personas que se ofenden fácilmente cuando las cosas no se hacen o salen como quieren o las imaginaron; incluso, aunque no se las hayan comunicado a sus parejas. Pretenden que el otro les "lea la mente", los interprete y haga justo lo que necesitan, ¡que ni siquiera saben bien qué es!

Esto es señal de madurez. Precisa de autoconocimiento y comunicación para evitar las peleas. Y también requiere una cuota de aceptación que no todo en la vida sale tal cual lo esperamos o queremos.

Tomarse todo como personal

No todo en el cerebro y corazón de nuestra pareja es el otro. Puede estar de mal humor por el trabajo, cansado, pasando procesos personales que no tienen que ver con el otro; y no necesariamente querer contarlo todo. Dejar espacio y respetar la individualidad es signo de madurez y un buen augurio para una pareja sana y duradera.

Fuentes:

The minds journal