Alguna vez te has preguntado: ¿Por qué los dedos se arrugan con el agua? Las más recientes indagaciones muestran que podría ser una ventaja evolutiva, algo que da ventaja en caso de ambientes húmedos.
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Una rápida explicación al respecto
Muchas veces, necesitamos movernos en ambientes de mucha humedad. Entonces, sucede que las puntas de los dedos se empiezan a arrugar. Es algo que sucede tanto en las manos como en las extremidades inferiores.
En primera instancia, la explicación se endilgaba al ósmosis: las células de llenaban de agua y perdían su rigidez, convirtiéndose en unas bolsas flácidas. Además, no es una reacción que la gente pudiese controlar.
Sin embargo, todo cambió cuando se descubrió que hay personas cuyas manos y piel no se arrugan con el agua. Además, esas personas tienen una cuestión en común: alguna lesión en el sistema nervioso central.
¿Qué significa el tema del sistema nervioso central?
El sistema nervioso y el cerebro controlan las reacciones del cuerpo. Por lo tanto, el hecho de que se arruguen las extremidades ante el agua es indicio de que es una “respuesta programada” por el organismo con alguna razón.
Un ejemplo: cuando sentimos un golpe, dolor o ardor… el sistema nervioso reacciona, ordena retirar el estímulo. En este caso, el sistema nervioso ordena a las células cambiar sus cualidades y genera las “arrugas”.
Pacientes con lesiones en el sistema nervioso, no arrugan sus dedos o piel ante el agua. Es decir, sus células no reciben la “orden” de “arrugarse”. Se trata de un interesante hallazgo que ha cambiado muchas ideas al respecto.
Surge ahora una interrogante: ¿por qué el cuerpo humano deliberadamente arruga su piel ante el agua? Además, ese cambio de textura se presenta en las extremidades; tanto en las manos como en los pies.
Luego de muchas especulaciones, se ha dicho que es una cuestión evolutiva. Esa textura rugosa es una superficie “antiderrape”, que permite desplazarse mejor en ambientes húmedos, con menos peligro de resbalar.
Resultado de la evolución natural
Los primeros Homo Sapiens se movían por sitios diversos, en caso de lluvias o humedad extrema sus manos y pies resbalaban, ya su piel era lisa. Al parecer, se ha ido desarrollando la posibilidad de arrugar la piel para ello.
No obstante, esta piel arrugada no siempre es de utilidad. Por eso, solo se logra esa textura cuando hay humedad. Es así como el sistema nervioso es quien ordena “arrugar los dedos” cuando la piel detecta exceso de agua.
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¿Te imaginabas la explicación mencionada en este texto? La verdad es que se trata de una interesante estrategia de adaptación y evolución de la especie humana.
Fuente:
ECOOSFERA