Por: DW.
Israel vivía este jueves (13.05.2021) una escalada de violencia en dos frentes, con la intensificación de los bombardeos en la Franja de Gaza y los disturbios en las ciudades judeo-árabes en su territorio. Poco después de medianoche, las alertas de cohetes se activaron en el sur del país, pero también en la metrópoli de Tel Aviv, por primera vez desde el inicio de la escalada el lunes, así como en el norte. Todos los vuelos con destino al aeropuerto internacional de esa ciudad fueron desviados hasta nuevo aviso.
En la madrugada del jueves, cinco personas resultaron heridas por la explosión de un proyectil que cayó en un complejo residencial de Petaj Tikva, cerca de Tel Aviv, indicaron los servicios de rescate. Mientras tanto, la aviación israelí bombardeó posiciones de Hamás en la Franja de Gaza, entre ellas los locales relacionados con operaciones de "contraespionaje" de Hamás y la residencia de Iyad Tayeb, un comandante del movimiento. El Ministerio de Salud de la Franja ha elevado hoy la cifra de palestinos fallecidos a 83 en su último recuento. Entre ellos hay 17 niños y se contabilizan también 487 heridos.
Disturbios en ciudades israelíes
Aunque la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén parecía haber recuperado la calma el jueves, varias ciudades de Israel han sido escenario de "disturbios" nocturnos. Según la policía, hubo "incidentes violentos" en varias ciudades, en particular, Lod, Acre y Haifa. El miércoles, la policía dijo haber efectuado unas cuatrocientas detenciones en relación a los disturbios. El país está conmocionado por la difusión, en directo en televisión, del linchamiento de un hombre, considerado árabe por sus agresores, cerca de Tel Aviv.
"Lo que está ocurriendo en los últimos días en las ciudades de Israel es insoportable (...) nada justifica este linchamiento de árabes por judíos y nada justifica el linchamiento de judíos por árabes", declaró Benjamin Netanyahu. "No importa que te hierva la sangre, no puedes tomar la justicia por tu mano", dijo llamando a "detener esta locura". El primer ministro israelí pidió a judíos y musulmanes que dejen de atacarse mutuamente y aseguró que Israel se enfrenta a un "combate en dos frentes".
Bombardeos "sin precedentes"
Según el Ejército israelí, las milicias islamistas de Hamás y la Yihad Islámica lanzaron 1.600 cohetes desde la Franja de Gaza hacia a Israel desde el inicio de la escalada el lunes, de los que el 90% fueron interceptados por el sistema antimisiles Cúpula de Hierro y unos 400 fallaron y cayeron en la misma franja. Las sirenas siguen sonando esta mañana del jueves alrededor en las comunidades colindantes al enclave gazatí.
Los proyectiles han provocado siete muertos, entre ellos el niño de seis años, Ido Avigal, y centenares de heridos en poco más de dos días. Ante el recrudecimiento de los combates, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunirá de nuevo el viernes, por tercera ocasión en una semana. Durante las dos primeras videoconferencias, a puerta cerrada, Estados Unidos se opuso a una declaración conjunta para detener los enfrentamientos, al considerarla "contraproductiva" en este momento, según diplomáticos.
Pese a ello el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que habló por teléfono con el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que pretende "seguir" bombardeando para debilitar la "capacidad militar" de Hamás. El ministro para Oriente Medio del Reino Unido, James Cleverly, se unió esta mañana a las voces que piden "que ambas partes den un paso atrás". "Hemos visto un nivel sin precedentes de ataques con cohetes contra Israel", dijo en declaraciones a la radio británica. Israel y Hamás se dirigen hacia una "guerra a gran escala", alertó el emisario de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland.
Un palestino que trataba de elevar el ánimo repartiendo dulces tras las oraciones por el fin del Ramadán, admitía que "no hay atmósfera para celebrar el Eid al-Fitr [la fiesta de la ruptura del ayuno] en absoluto". "Todo son bombardeos, destrucción y devastación", declaró a AP. "Que Dios nos ayude a todos", deseó.