Tener dificultades para dejar de pensar es algo bastante molesto. Este ruido mental que constantemente acompaña a las personas, hace que sea complicado encontrar tranquilidad interior. Y si el problema persiste por tiempo prolongado afecta la conexión consigo mismo. Es por eso que queremos comentarte, ¿qué es el ruido mental y que hacer para calmarlo?
¿Qué son los ruidos mentales?
Se conoce como ruido mental a todos aquellos pensamientos que producen ansiedad y disminuyen la autoestima. Lo más probable es que a todos en algún momento les haya pasado en horas de la noche o incluso en el día, que tienen demasiados pensamientos en la mente. Bien sea que se trate de preocupaciones, escenas repetitivas de situaciones o de pensamientos que producen una enorme ansiedad.
Quienes se pregunten a que llamamos ruidos mentales, deben saber que podría definirse de la siguiente manera: son todos los pensamientos y las ideas que saturan o sobrecargan la mente. Dichos pensamientos pueden tratarse de ideas, preocupaciones, deseos o suposiciones. Que impiden que la persona sea incapaz de lograr sus objetivos o siente una enorme ansiedad frente a un determinado problema.
¿Cómo calmar el ruido mental?
La práctica del diálogo interno puede ser beneficiosa para ciertas cosas, pero si este diálogo no se detiene podría ser perjudicial, y por eso es necesario aprender a silenciar el ruido mental.
Cuando los pensamientos fluyen de una manera desordenada empiezan a convertirse en un ruido mental. Es bien sabido que la mente es una maravillosa herramienta, con la capacidad de definir cada uno de los pasos que conducirán a un objetivo y hacer reflexiones acerca de los anteriores. Se encarga también, entre otra variedad de funciones, de los procedimientos de comprensión, creatividad, aprendizaje, razonamiento, actitud, comportamiento y percepción.
Todos los pensamientos son productos de la mente, y emergen por la influencia de la percepción que se tiene de las cosas, de las personas y de las situaciones en determinados momentos. Algo que también influye en los puntos de vista es la educación, así como también en los hábitos y en la forma que se afrontan las diversas experiencias.
Incluso algunos expertos consideran a los pensamientos como las voces de las demás personas. Una voz interior podría tratarse del eco de todas las enseñanzas por parte de los padres, al igual que de mensajes aprendidos, como si se tratara de normas sociales. Teniendo esto en cuenta, las siguientes son algunas maneras de calmar los ruidos mentales:
Evitar pensamientos que sean repetitivos
Las experiencias han mostrado que ciertos pensamientos pueden volver varias veces de forma repetitiva. Si se le invierte mucha atención y tiempo a dichos pensamientos, será mucho más fácil que estos reaparezcan y será más complicado crear enlaces mentales nuevos. Donde estos últimos deberían ofrecer una forma alternativa de sobrellevar todas esas experiencias cotidianas.
Cuando cada pensamiento se encuentra asociado a una emoción, será sencillo repetir patrones que sean psicoemocionales. Dificultando así la toma de consciencia, al igual que la transformación de los pensamientos que serán beneficiosos para uno mismo y para las personas que estén alrededor.
Tener consciencia del ruido mental personal, significa prestarle atención a ciertas frases que se repiten con frecuencia en la mente. Como por ejemplo: Estoy dando demasiado, la vida nunca es fácil, entre otras. Tomar un momento para escribir dichas frases hará que el ejercicio para silenciar los ruidos mentales sea más eficiente.
Antes de algún cambio que se quiera lograr es importante saber el punto de inicio, en otras palabras, la clase de mentalidad que se ha formado, bien sea consciente o inconscientemente.
Observar si existen pensamientos que se repiten, los cuales pueden causar una conducta obsesiva, pesimista, explosiva, hiperactiva, controladora, entre otros.
Determinar si al mismo tiempo se experimentan emociones como la impaciencia, rabia, nerviosismo, entre otros.
Probablemente suceda que ese ruido mental esté enfocado a la gratitud, a la curiosidad, fe o incluso al entusiasmo. Una actitud como esta conlleva a desarrollar pensamientos que sean más ligeros, llenos de alegría, que provoquen paz y generan confianza.
Escuchar en estado de ánimo
En dado caso que sea complicado hallar aquellos pensamientos y frases que ocasionen el ruido mental, será fundamental observar el estado de ánimo que predomina en el día. Bien sea el nerviosismo, la tristeza, desorientación o cualquier otro. También se recomienda percibir la parte del cuerpo que más ha sido afectada por los pensamientos o las emociones.
Otra cosa que puede ser de mucha utilidad, es observar y al mismo tiempo sentir la clase de respiración que suele acompañar a ese ruido mental. Respiración cortada, tensa, suele detenerse, entre otros.
Una vez que se identifica la calidad de la respiración influenciada por la mente, que al mismo tiempo está asociada a una emoción, ofrece consciencia corporal. Pero también ofrece consciencia psicoemocional y respiratoria. Es necesario tener presente que contar con la ayuda de un especialista es de gran utilidad.
Esto es así tanto para quienes les resulte difícil llevar una autoobservación y establecer consciencia de ello, como para quienes amplían su perspectiva y toman otros puntos de vista que podrían ser de mucha utilidad.
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Escuchar activamente
Si un niño no siente que lo escuchan empezará a gritar, y esto es algo que también pasa con los pensamientos. Cuando alguna parte interna no está correctamente atendida, el organismo es capaz de repetir el mensaje que transmite de forma obsesiva, hasta que finalmente se le presta atención.
Lo mejor que se puede hacer para evitar un ruido mental es escuchar los pensamientos con atención. Evitando las respuestas inmediatas y de forma impulsiva, mientras se toma un tiempo para reflexionar. En este caso la reflexión sería sobre si ese pensamiento verdaderamente se encuentra basado en evidencias indiscutibles, o si es una opinión que depende de algún punto de vista específico.
Cualquier pensamiento, idea, noción, argumento, razonamiento, concepto, juicio, propósito y proyecto, son fenómenos que siempre dependen de factores como los siguientes:
Internos: Problemas hormonales, la calidad y la cantidad de sueño, entre otras cosas.
Externos: Ver televisión, mensajes sociales que se reciben, entre otros.
En lugar de solamente crear un pensamiento y seguir alimentándolo, es mejor cuestionar de donde proviene, estudiar su influencia y su relevancia para la búsqueda vital propia. Se aconseja escuchar atentamente, determinar cuando surge un pensamiento, escuchar el mensaje, su influencia corporal y su influencia respiratoria.
Usar la respiración
Escuchar de manera activa la respiración es una buena técnica para evitar el ruido mental, permitiendo ir un paso más lejos que con otros ejercicios. El alivio del ruido mental con la respiración se basa en la atención y en la consciencia.
Inhalar y exhalar mientras se tiene consciencia de ello, permite calmar la actividad mental y las reacciones compulsivas. Pero además de calmar ese molesto ruido en la mente, ayuda a mejorar la concentración y produce sensaciones de calma al igual que de paz.
Para una práctica como esta, la principal herramienta es la consciencia. Las frases solamente sirven de ayuda para mantener el enfoque y silenciar ese ruido mental (Inhalo, exhalo, por ejemplo). Sirven como instrumento para desarrollar una concentración más aguda.
Liberarse
Pude ocurrir que el ruido mental se convierte en algo verdaderamente insoportable, que hasta influye en la calidad del sueño. Y para eso llevar a cabo un entrenamiento mental podrá ser de gran ayuda. Esta se trata de una práctica constante, que se debe hacer de manera regular para alcanzar una meta específica.
Si esta meta es disminuir el ruido mental y tener una mente más centrada, habrá que disminuir los ruidos externos y buscar un espacio silencioso y tranquilo. Al mismo tiempo, habrá que evitar tener el sonido de fondo del televisor o de la radio, reduciendo también la velocidad con la cual se realizan ciertas tareas cotidianas.
Observar atentamente permite darse cuenta de que se puede ser más eficiente y es posible eliminar compromisos, para que el tiempo que se disponga sea de calidad. Una vez que se logra disminuir la cantidad de ocupaciones y se disminuye la velocidad en los quehaceres, la mente estará más calmada.
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