¿Alguna vez te has detenido a pensar por qué actividades como cocinar, hacer cerámica o limpiar pueden resultar tan reconfortantes después de un día intenso de trabajo mental? Resulta que hay una explicación científica detrás de esta sensación de bienestar.
La neurocientífica conductista Kelly Lambert, autora de "El enfoque práctico de un neurocientífico para activar el poder curativo del cerebro", explica que ciertas actividades físicas, especialmente aquellas que implican el uso de las manos, aceleran un circuito de recompensas impulsado por el esfuerzo en nuestro cerebro. Este circuito se activa cuando realizamos acciones que tienen un resultado tangible y visible, como tejer o trabajar en un jardín. Estas actividades no solo cambian la fisiología y la química de nuestro cerebro, sino que también generan una sensación emocional de bienestar.
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De hecho, el 80% de las neuronas de nuestro cerebro se utilizan para controlar el movimiento, y una gran proporción de estas neuronas están relacionadas con el control de las manos. Por lo tanto, cuando usamos nuestras manos para realizar tareas complejas, estamos ejercitando nuestro cerebro. Aprender nuevas habilidades también aumenta la neuroplasticidad del cerebro, lo que mejora nuestra capacidad de aprendizaje, planificación y toma de decisiones.
Un estudio realizado por la BBC en colaboración con la University College London encontró que probar una nueva actividad creativa es especialmente beneficioso para nuestro estado de ánimo y bienestar emocional, independientemente de nuestro nivel de habilidad. Participar en actividades creativas, incluso si creemos que "no somos creativos", puede tener un impacto positivo en nuestra salud mental y emocional.
Trabajar con las manos no solo es una forma de expresar nuestra creatividad, sino que también tiene beneficios profundos para nuestra salud mental y emocional. Así que la próxima vez que necesites relajarte, considera dedicar un tiempo a una actividad manual. ¡Tu cerebro te lo agradecerá!
Fuente: RedAcción.