Dónde poner una planta carnívora en casa: cómo cuidarla

Poner una planta carnívora en casa puede ser una experiencia fascinante, ¡y también un poco mágica!. Estas pequeñas cazadoras verdes, como la Venus atrapamoscas o la nepenthes, no solo aportan un toque exótico, sino que también pueden ayudarte con algunos insectos molestos. Pero necesitan ciertos cuidados especiales y un lugar adecuado para brillar.

Lo ideal es colocarla en un sitio con buena luz natural indirecta, como cerca de una ventana orientada al este o al oeste. Les encanta la luz, pero si reciben sol directo muy fuerte durante muchas horas, sus hojas pueden quemarse.

También podés usar luz artificial si no tenés suficiente iluminación natural.

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tips

En cuanto al lugar, evitá cocinas con humo o baños con perfumes fuertes: las plantas carnívoras son sensibles al ambiente. Un rincón luminoso del living, por ejemplo, puede ser perfecto.

El secreto está en la humedad y el agua. Les gusta la humedad alta, así que ponerla sobre un platito con piedritas y un poco de agua (sin que toque directamente la maceta) puede ayudar. Y ojo: ¡nunca uses agua del grifo! Usá agua destilada o de lluvia, porque el agua corriente puede tener minerales que las dañan.

Por último, no les des de comer carne ni insectos muertos: ellas cazan solas. Solo intervení si ves que están débiles y no logran atrapar nada, pero si están sanas, dejalas hacer su magia.

especies para principiantes

• Dionaea muscipula (Venus atrapamoscas)

Es la más famosa y fotogénica. Tiene esas "bocas" que se cierran cuando un insecto toca sus pelitos sensibles. Es ideal si querés ver acción. Necesita buena luz, agua destilada y mucha paciencia: es lenta, pero cautivadora. Eso sí, ¡no la molestes cerrando sus trampas con los dedos! Se agota innecesariamente.

• Sarracenia (planta trompeta)

Tiene hojas en forma de tubo donde caen los insectos. Son más resistentes y no requieren tanta humedad como otras. Algunas variedades soportan mejor el clima seco y son muy vistosas, con colores que van del verde intenso al rojo violáceo.

Ambas necesitan una maceta con buen drenaje, un sustrato ácido (mezcla de turba sin fertilizantes y perlita), y mucha paciencia zen. No crecen rápido, pero son únicas.