Las casas Mandala se distinguen por su forma circular. Son viviendas sustentables que tienen el doble objetivo de proteger al medio ambiente y crear una unión entre el propietario y su hogar.
Lars Chose y su esposa Rachel se lanzaron a la construcción de este tipo de viviendas con el objetivo de reducir el impacto del hombre sobre la naturaleza. Así, en 2000 nació Mandala Homes, una empresa que pone a las personas y al planeta por delante de los negocios, según explican en su sitio web. Sus casas buscan ofrecer confort, pero de un modo novedoso y sustentable. Para favorecer el vínculo del propietario con el lugar que habita, los hogares se adaptan a las necesidades y deseos de cada persona. Es por ello que cada proyecto es único.
La forma circular otorga maravillosas vistas panorámicas. Al mismo tiempo, permite aprovechar al máximo la luz natural y aclimatar el hogar de manera eficiente con un mínimo consumo energético. También hace que la construcción sea más fuerte, ya que se ha comprobado que los hogares con esta forma son más resistentes a las condiciones climáticas extremas, como los huracanes o las nevadas intensas.
Para aclimatar la vivienda, la construcción se basa en los principios de la casa pasiva, que aprovecha las condiciones climáticas para atraer calor o refrigerar el interior, según la necesidad. Así, la forma circular favorece la generación de corrientes de aire entre los distintos ambientes. También permite la generación y conservación del calor a partir de la energía geotérmica, que aprovecha el calor interno de la tierra. De este modo, el hogar se puede climatizar con un mínimo gasto energético.
La forma está inspirada en las yurtas mongolas, habitaciones de campaña que construían los nómadas en la Edad Media para protegerse en el camino. También está influida por los mandalas de la cultura hindú y el budismo. Estos son figuras pintadas en diversos motivos en un círculo central, equidistante de cada extremo, que representan la idea de armonía y perfección.