Chile: un megaproyecto desafía la observación espacial- Una compañía quiere construir una instalación eléctrica del tamaño de una ciudad en Atacama, justo a lado de los telescopios más potentes del sur del planeta.

El desierto que alberga algunos de los telescopios más poderosos del mundo podría perder su valorado cielo oscuro y prístino. El Observatorio Europeo Austral (ESO) advirtió que los trabajos de investigación observacional del espacio están en riesgo por la posible llegada de un megaproyecto industrial del tamaño de una ciudad al desierto de Atacama, Chile.

Según ESO, la firma eléctrica estadounidense AES Corporation pretende construir un complejo industrial de 3,000 hectáreas a una distancia de hasta 11 kilómetros del Observatorio Paranal, en el desierto de Atacama. En diciembre de 2024, la firma envió su proyecto al gobierno de Chile para lograr el visto bueno en su efecto ambiental. Si se aprueba e inicia la construcción, los trabajos agregarán contaminación lumínica a un entorno único en el mundo que durante décadas fue seleccionado por especialistas como uno de sus lugares favoritos para la investigación del universo.

Algunas de las instalaciones espaciales más importantes del mundo están ubicadas en zonas elevadas del desierto de Atacama. El territorio es especial porque hay muy pocas nubes, está alejado de cualquier ciudad importante y la atmósfera en el lugar es particularmente estable. Como no hay humedad ni vientos importantes y los lentes se encuentran lo más cerca posible del cielo, las fotografías del cosmos suelen ser de las mejores en el campo de la astronomía.

Chile: un megaproyecto desafía la observación espacial

Cuando inicie operaciones en 2028, el ELT del ESO recopilará más luz que la suma de todos los telescopios grandes contemporáneos.
Cuando inicie operaciones en 2028, el ELT del ESO recopilará más luz que la suma de todos los telescopios grandes contemporáneos.

El proyecto de AES Corporation incluye la construcción de infraestructura para generar electricidad para las ciudades chilenas y la exportación de recursos. En algunos planos del lugar, se anticipa la construcción de puertos, plantas de producción de amoníaco e hidrógeno, y unidades de generación de luz. Después de concluir la construcción, la presencia de polvo, aviones y vehículos será constante en el desierto.

Los integrantes del ESO aconsejan la reubicación del proyecto. La construcción está muy cerca del observatorio y quizá hay mejores sitios para ello. Sin embargo, para algunos elementos de la comunidad de científicos, la llegada de corporaciones a sitios que hasta ahora habían sido santuarios revela un problema más profundo relacionado con el consumo de energía desproporcionado, que deberá tratarse con tranquilidad.

“América Latina está en el foco de esta nueva corriente extractivista por sus abundantes reservas de minerales necesarios para esta dudosa transición energética, y en este caso por la abundancia de energía solar en latitudes bajas. La oposición civil a este tipo de proyectos es normal en todo el continente, pero recibe una atención limitada. Creo que no debería tratarse simplemente de desplazar este megaproyecto a otra ubicación, sino de cuestionarse, para empezar, si este proyecto es necesario, y si lo es, cómo, dónde y por quién debería ponerse en marcha”, expresó Jorge Hernández Bernal, astrofísico de la Universidad de Sorbona, al portal Science Media Centre (SMC) España.

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