¿Alguna vez has escuchado acerca del petricor? Es una parte del curioso motivo por el que la lluvia huele tan bien. Dicha sustancia se combina con otra conocida como geosmina, lo que produce ese peculiar aroma a lluvia o tierra mojada. Descubre más sobre este peculiar proceso químico que puede ser captado por el olfato humano y también, en algunas especies de animales.

Científicos creen que el gusto de los humanos por este tipo de olor fue heredado por nuestros antepasados.

¿Qué es el petricor?

Petricor

Los aromas que se captan minutos antes y durante las lluvias son bastante reales, incluso cuentan con una explicación científica y un nombre. Se denomina petricor, no obstante, se trata de una fragancia formada por la mezcla de distintas sustancias, además del mismo petricor.

Ahora bien, se trata de una sustancia producida por ciertas especies de plantas durante algunos de sus procesos metabólicos. Dicha sustancia es segregada a través de las hojas verdes y al caer sobre el suelo y las rocas cercanas, queda retenida en las mismas.

Una vez que se acercan las lluvias, este aroma es liberado por medio de un proceso bastante peculiar. Se crean diminutas burbujas en el interior de la gota de agua que, posteriormente, ascenderá hasta llegar a la superficie. Cuando alcanza la superficie, las burbujas se rompen y se trasladan al aire como una especie de explosión de aromas.

La palabra petricor fue utilizado por primera vez en el año 1965, por medio de una publicación de Nature, por Isabel Joy Bear y R. G. Thomas, geólogos de origen australiano. Aun así, fue en el año 2015 cuando se descubrió el increíble proceso de liberación de las burbujas en el aire. El descubrimiento se llevó d cabo por un grupo de científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts. Durante el estudio, se utilizaron cámaras de alta velocidad para demostrar el proceso en el que el aroma se combinaba con el aire.

En este sentido, el aroma a lluvia o tierra mojada se produce con por medio de la mezcla de dos sustancias esenciales, que son el petricor y la geosmina. Las dos sustancias son de origen natural, ya que una proviene de las plantas y la otra del suelo. Durante las lluvias, estas sustancias producen diversas reacciones, provocando ese aroma tan agradable para muchas personas.

¿Qué es la geosmina?

Tal como se acaba de mencionar, el petricor no es la única sustancia presente durante el proceso en el que resulta el olor a tierra mojada. Otra de las sustancias principales es la geosmina, una molécula producida por la Streptomyces coelicolor, una bacteria que se encuentra en el suelo. Del mismo modo, se unen otras cianobacterias que, solamente, pueden percibirse cuando la lluvia cae en el suelo y la tierra se humedece.

Con la llegada de las precipitaciones, la geosmina se combina con el petricor y el aire, dando como resultado, el peculiar aroma a lluvia. No obstante, a la combinación de estas dos sustancias se le puede unir una más, este es el caso de las partículas cargadas, producidas por las tormentas eléctricas.

Las mismas son capaces de afectar el ozono atmosférico, generando un aroma “chamuscado”. Una vez que este olor se mezcla con el petricor y la geosmina, provoca lo que muchos conocen como “aroma de tormenta”. Un olor muy característico durante las noches de verano o al final de estas.

¿Por qué nos atrae tanto del olor a lluvia o tierra mojada?

Petricor

Aunque el proceso combinación entre el petricor y la geosmina es muy interesante, no resulta ser lo más curioso en sí. De hecho, lo que despierta mayor interés es que el aroma generado durante la mezcla de estas sustancias, huela tan bien para los humanos. Algunos científicos ya han identificado la razón y todo se debe, en gran parte a la evolución.

La mayoría de los olores que se encuentran en el ambiente son capaces de activar cierta conexión neuronal dentro del cerebro. Se trata de un proceso que ocurre muy rápido como en el caso de las emociones. Y es que el sentido del olfato está conectado, de forma directa, con el sistema límbico y a la amígdala.

Ambas son áreas que se encuentran en el cerebro y tiene la función de desarrollar y gestionar los estados emocionales en los humanos. Esta es la razón por la que algunas fragancias pueden activar diversas áreas cerebrales que poseen estructuras antiguas.

En la antigüedad, las personas fueron capaces de desarrollar una especie de relación positiva con el olor a lluvia. Puesto que era una señal de que faltaba poco para la culminación de la temporada seca y las lluvias estaban más cerca.

De esta forma también podían determinar que las cosechas se encontraban muy cerca de su etapa de maduración. Con el paso de los años, el aroma se aferró a ese mismo sentimiento y se transmitió a las siguientes generaciones. Hoy en día, al percibir el olor a lluvia, es posible notar que dicho sentimiento de satisfacción aún se mantiene presente.

La lluvia, el olfato y la evolución humana

Petricor

Hay que tener en cuenta que, el olfato es uno de los sentidos más importantes dentro del comportamiento humano. Este sentido es capaz de activar sentimientos intensos e incluso, recuerdos que parecían olvidados. A pesar de que el olfato humano no es el más poderoso, posee la suficiente sensibilidad como para detectar la geosmina. De hecho, es posible percibir la presencia de esta sustancia en concentraciones muy bajas.

Durante los primeros instantes de los humanos en la Tierra, el sentido del olfato y el gusto, fueron los primeros que se desarrollaron. En el caso del primero, se convirtió en una herramienta indispensable para comprender lo que ocurría en el alrededor, captando las señales químicas del entorno.

Dichas señales fueron fundamentales para lograr la supervivencia, ya que el olfato permitía identificar peligros potenciales. Así como también, percibir ciertos venenos y encontrar recursos vitales como el alimento y fuentes de agua. Algunos antropólogos aseguran que hace 200 mil años atrás, el hombre primitivo usaba el sentido del olfato durante la cacería. Ya que así, eran capaces de saber cuáles eran los alimentos comestibles y cuáles podían ser mortales.

Ahora bien, la afinidad de los humanos hacia el olor a lluvia o tierra mojada procede de tiempos antiguos. Mismos en los que nuestros antepasados nómades hacían largas caminatas a través de lugares muy áridos en busca de fuentes de agua. No solo por la necesidad de sobrevivir, también era una forma de encontrar nuevos territorios para asentarse.

¿Cuáles son los animales que pueden detectar el agua?

Estudios científicos han logrado descubrir una serie de especies de animales capaces de detectar la presencia de agua. No importa si el vital líquido se encuentra a muchos kilómetros de distancia o si la concentración de geosmina es demasiado baja, algunos animales pueden hacerlo. Es como si contaran con un dispositivo GPS que les permite saber, casi con exactitud, los lugares donde pueden encontrar agua.

Camellos

Estos animales tienen la capacidad de percibir el agua a varios kilómetros. De hecho, la geosmina y el suelo húmedo permiten que los camellos encuentren oasis, incluso en el medio del desierto. Una vez localizan el lugar donde está el agua, además de saciar su sed, los camellos cubren su cuerpo con esporas bacterianas que diseminarán a lo largo de su viaje.

Canguros

Una investigación realizada a varios ejemplares de canguros, arrojó resultados muy sorprendentes. Dos semanas después de lluvias torrenciales, al menos el 65 % de las hembras de esta especie, se encontraban en periodo de celo. Ya que los folículos ováricos de las hembras necesitan unos 10 días para madurar.

Los científicos concluyeron que el estímulo que provoca el inicio del celo, tiene que ver con el comienzo de las precipitaciones. Hay que tener presente que, pocas semanas después de las lluvias, la vegetación empieza a crecer, convirtiéndose así, en una fuente de alimento para los canguros. Esto significa que, la geosmina sirve como señal para que las hembras escojan cuál es el momento más adecuado para tener a sus pequeñas crías.

Mosquitos

El Aedes aegypti, mejor conocido como el mosquito del dengue, también es capaz de detectar la presencia de geosmina en el aire. En el caso de estos insectos, la geosmina sirve como indicativo para la oviposición. Ya que para poner sus huevos, los mosquitos necesitan de humedad, de lo contrario, el proceso no sería el más adecuado.

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Fuentes: Muy interesante, El país, National Geographic.