Prácticamente, todas las personas han reído alguna vez a causa de esta sensación agradable provocadas por alguien más. La respuesta natural ante esta sensación, es una risa casi descontrolada que, incluso, puede hacer que las lágrimas empiecen a brotar. Pero, ¿sabes qué son las cosquillas y por qué nos reímos cuando otra persona las provoca? Después de tanto tiempo, científicos revelan el misterio.

Aunque pueda parecer sorprendente, no las experimentan, únicamente los seres humanos. De hecho, investigaciones demuestran que algunas especies de animales, incluyendo los primates, también pueden experimentarlas.

¿Qué son las cosquillas?

Cosquillas

Se conocen como cosquillas aquellas sensaciones o estímulos que se experimentan en ciertas partes del cuerpo. Dicho estímulo se activa cuando una determinada zona corporal es tocada, incluso de forma ligera. Provocando así, una especie de conmoción que puede llegar a ser agradable para algunas personas, ya que produce una risa involuntaria.

También se producen al hacer presión en áreas concretas del cuerpo, sobre todo, cuando la persona que realiza las cosquillas es alguien muy cercano. Asimismo, la sensación puede aparecer solo con sentir que alguien va a tocarte en cualquier momento.

Por otro lado, suelen ser agradables y placenteras al inicio, después de un rato se vuelven realmente desagradables. Además, en el momento en el que se producen las cosquillas, la corteza somatosensorial se activa.

Ahora bien, la partes del cuerpo que, luego de cierta estimulación provocan la risa, son las siguientes: el cuello, las axilas, las palmas de los pies y las costillas. No obstante, la zona más sensible a las cosquillas, son las plantas de los pies.

¿Por qué nos reímos cuando nos hacen cosquillas?

Cosquillas

Tal como mencionamos en un principio, la mayoría de las personas ha experimentado cosquillas alguna vez en sus vidas. Una gran parte de estas personas relaciona este tipo de estímulo como una demostración de afecto por parte de un ser querido o amigo cercano. Aunque también puede ser una especie de travesura que tiene como objetivo, arrancarle una risa a quien se le hacen las cosquillas.

Ahora bien, se realizó un estudio liderado por un grupo de científicos pertenecientes al departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento de la Universidad de Granada. La investigación tenía como objetivo, encontrar la mayor cantidad de respuestas posibles que giran en torno a este tipo de estímulo.

Según uno de los investigadores, las cosquillas tienen procedencia filogenética, por lo que se consideran un tipo de placer provocado por el contacto físico en caso de una falsa alarma. Además, las cosquillas se producen en todas las especies de mamíferos, de hecho, se han realizado experimentos en perros, ratas y también en primates. En el caso de los seres humanos, este estímulo se encuentra relacionado con la mente darwiniana, específicamente, a las disposiciones psicológicas y físicas innatas.

Del mismo modo, en las personas, las cosquillas alcanzan un mayor nivel de propiedades cognitivas. Tanto así que, solo el hecho de amenazar a alguien con cosquillas, provoca mucha risa, incluso que recibirlas físicamente. En este sentido, se puede decir que existen varios factores que podrían ser los principales detonantes de este fenómeno. La falsa alarma es uno de estos componentes, ocurre cuando detectamos algo que realmente no existe.

Aparte de la falsa alarma, otro de los factores son el erotismo y la dominación, en el caso de este último, suele ser más frecuente en los niños. Ya que la dominación está presente en algunos juegos que tienen el objetivo de que los pequeños aprendan a defender ciertas partes de su cuerpo que son más vulnerables. Las zonas más vulnerables en esta situación son las axilas, el cuello y las costillas. En casos como estos, lo normal es el que el adulto sea el que haga las cosquillas, mientras el niño no puede hacerlo, siendo algo así un juego en el que hay un dominador y un dominado.

Por otro lado, a partir de la adolescencia empieza a dominar el elemento erótico o el atractivo sexual. Hay un fetiche que se caracteriza por la atracción sexual hacia los pies de otra persona. Hay que tener presente que, la planta de los pies son extremadamente sensibles a la estimulación por cosquillas. En otras palabras, estimularlas puede provocar una excitación muy intensa, algo que disminuye un poco cuando se llega a cierta edad.

¿Cuáles son los tipos de cosquillas?

Investigaciones indican que existen, al menos, dos tipos distintos de cosquillas, la knismesis y la gargalesis. El profesor de fisiología, Francisco Bosch Morell, quien también es el director del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, expuso algunos detalles interesantes acerca de estos dos tipos de cosquillas.

Según Morrell, las cosquillas knismesis se encuentran presentes en todas las especies animales del planeta. Se caracterizan porque se generan a través de estímulos leves de hormigueo, irritación e incluso picor en determinadas áreas del cuerpo. No obstante, el organismo relaciona este tipo de cosquillas como una amenaza, por lo que no generan risa.

Por otra parte, las cosquillas gargalesis, suele ser más común en especies de primates y su activación, depende de la estimulación de ciertas áreas corporales. Un ejemplo de dichas zonas son las axilas, el cuello, las costillas y los pies, algunas de estas consideradas partes vulnerables.

Ahora bien, este tipo de cosquillas pueden ser muy agradables e incluso placentera cuando la estimulación es suave. Sin embargo, el profesor Morrel indica que se vuelven extremadamente desagradables cuando se hacen por mucho tiempo. De hecho, en lugar de risa, podría llegar a provocar dolor en varios niveles.

¿Cuál es la verdadera razón por la que nos reímos cuando sentimos cosquillas?

Cosquillas

De la misma forma que ocurre con los bostezos, aún no se sabe, a ciencia cierta, la razón por la que las cosquillas causan risa. No obstante, hay diversas teorías, como la falsa alarma, mencionada en la parte anterior. La cual se activa la risa cuando hay algún peligro que, por lo general, nunca termina sucediendo.

Esta risa es como una especie de válvula que permite que la tensión acumulada pueda liberarse rápidamente. Ahora bien, en su etapa inicial, la amígdala cerebral es la que se activa para dar la alarma. Posteriormente, se desactiva cuando el cortex cingulado anterior se activa, se trata de un área específica en el cerebro que, además, está relacionada con la empatía.

Asimismo, expertos aseguran que la risa es un mecanismo que permite descargar la tensión y al mismo tiempo, genera una gran sensación de alivio. Esta es una de las razones por las que también se cree que, dicho mecanismo, funciona muy parecido al de un orgasmo.

No obstante, cuando las personas se hacen cosquillas a sí mismas, la sensación no es la misma. De hecho, no producen risa. Pero, ¿por qué ocurre esto? La verdad es que tiene su explicación y es más interesante de lo que parece. Todo reside en la expectativa entre la acción y las consecuencias son exactamente las mismas. De modo que, el sistema motor identifica que las cosquillas son realizadas por el mismo sujeto, por lo que retira, totalmente, su atención en el estímulo.

Por este motivo, la sensación también se reduce, significativamente, puesto que, cuando las cosquillas vienen de parte de otra persona, es distinto. Esto se debe a que se vuelve casi imposible predecir la acción del cosquilleo, lo que hace que te mantengas alerta y habilites la atención. Luego, al notar que es una falsa alarma, la consecuencia natural es la risa.

¿Por qué las cosquillas disminuyen con el paso de los tiempos?

Las investigaciones también demostraron que con el paso de la edad, las sensaciones provocadas por las cosquillas empiezan a disminuir. La razón es que, hacer cosquillas es un juego y a medida que la etapa adulta avanza, los adultos no juegan tanto como en tiempos pasados.

También tiene mucho que ver que, el tiempo hace que las personas pierdan sensibilidad en algunas partes del cuerpo. La mayor parte solía ser vulnerable, anteriormente, a los estímulos generados por las cosquillas. No obstante, ya no es la misma sensación.

Por último, hacer cosquillas es una acción que suelen estar relacionada con el afecto o sentimiento hacia la otra persona. En este sentido, no se recomienda realizar dicha acción a alguien con quien no se tiene la suficiente confianza.

Hay que recordar que, las cosquillas pueden llegar a ser desagradables para ciertas personas, por lo que podría convertirse en una situación muy incómoda para ambas partes. De la misma forma, se aconseja que las cosquillas sean breves, ya que pueden pasar de una sensación agradable a una que cualquiera podría odiar.

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Fuentes: Diario ecología, BBC, Cuídate plus.