Cómo aliviar el estrés y la ansiedad por medio de la meditación, es algo que cualquier persona puede hacer sin necesidad de abarcar tanto tiempo. Técnicas como el mindfulness permiten obtener calma con solo tomarse unos pocos minutos de atención propia.

Aliviar el estrés y ansiedad es tan necesario como llevar una buena alimentación. Puesto que el bienestar general también depende de la estabilidad mental y emocional. Por eso es necesario prestar mucha atención y dedicar un momento a encontrar calma.

¿Cómo aliviar el estrés y ansiedad con la meditación?

Estrés y ansiedad

Desde la antigüedad, meditar ofrece muchas soluciones al sinsentido de la vida cotidiana, estas soluciones tienen que ver con ejercitarse y representan un excelente entrenamiento. Por muchos años, los estudios científicos han colocado en evidencia que algunas de esas técnicas, que son extraídas del contexto espiritual, son bastante eficientes para el alivio del estrés y ansiedad.

La atención plena, también conocida como mindfulness, se encuentra basada en esta clase de estudios, y propone la implementación de diferentes ejercicios en la vida diaria. Debido a esto, es necesario conocer las maneras de calmar el estrés y ansiedad con técnicas de meditación.

Algunos de estos ejercicios se pueden practicar cada vez que se tenga tiempo, pero que de a poco deben integrarse dentro de la rutina diaria, tanto como sea necesario. Otros servirán para aprovechar los momentos que parezcan banales y sacar el mayor provecho de ellos.

Dejar que los pensamientos pasen

Una gran idea para aliviar el estrés y ansiedad es sentarse tres minutos al día a observar qué sucede en la mente. Es probable que se sienta disgusto en los primeros intentos, y esto se debe a que existen muchos pensamientos que están dispersos y no poseen control. No es necesario desesperarse y enfadarse, solo hay que observarlos con cariño. Como si se tratara de niños traviesos, evitando juzgar el contenido. Entrenando en observar sin participar.

Por ejemplo, puede que detectes las palabras que le quieras mencionar a tu jefe, pues, solo hay que respirar muy profundo y no construir la conversación. Simplemente, hay que relajarse y dejar que ese tipo de pensamiento pase. Seguido a este pasarán otros pensamientos, como por ejemplo, el hecho de que es necesario comprar cosas para la cena. Para este caso no hay que ponerse a hacer una lista, solo respirar y dejar que el pensamiento pase.

Cada uno de los pensamientos hay que reconocerlos y soltarlos. Se trata de una técnica muy poderosa que permite calmar la mente, pero es cierto que necesita de mucha práctica. Dentro de zen suele decirse que es observar los pensamientos como nubes pasajeras. Sin embargo, es algo que vale mucho la pena para calmar el estrés y ansiedad.

Respirar

Puede que parezca poca cosa detenerse un momento a respirar, ya que esta es una acción que se realiza durante todo el día, pero es precisamente por eso que se toma como meditar. Esto es algo que se hace de manera automática y, en la gran mayoría de las ocasiones, superficial. De esta forma, es una gran idea tomarse unos minutos para hacer respiraciones profundas, que pueden ser tres o cuatro.

Una vez hecho esto, solamente hay que sentir la respiración, el aire que constantemente entra y sale, sin querer hacer nada más. Disfrutando del sencillo hecho de estar vivo y de permanecer respirando. Aprovechando de gozar el vaivén del movimiento del aire. Evitando juzgar si se tiene una buena o una mala respiración, sin querer seguir una técnica específica, solo sentir que el cuerpo respira.

Este es un excelente ejercicio que ayuda a controlar el estrés y ansiedad, cuando se sienta comodidad al realizarlo, se convertirá en un excelente aliado. Puede usarse antes de una reunión, cuando los niños han hecho algún desastre, cuando una persona ha llegado tarde, entre otros. Al tener presente esto, hay que resaltar que se trata de un ejercicio de gran utilidad para diversas situaciones.

Ir despacio

Estrés y ansiedad

Todos tienen prisa y una gran cantidad de cosas por hacer, pero nada malo va a pasar si se aprovechan unos minutos para ir en marcha lenta. Solo hay que bajar un poco el ritmo. Aprovechando de sentir el movimiento, el ritmo, la propia cadencia. Notar los pasos en el suelo y el aire que pasa en el rostro, el frío o incluso el sol, lo que sea que se sienta en ese momento, pero hay que sentirlo.

Ir despacio es reconectarse con la tierra y con el cielo, es regresar a estar presente en el gesto. Siendo un ejercicio que se puede poner en práctica en cualquier ocasión, siempre y cuando no se olvide. En el momento que se adquiera práctica, es posible utilizarlo en momentos claves, cuando sea necesario dirigirse hacia algo importante.

Antes de levantarse

Al despertar, bien sea con el despertador o de manera natural, solo hay que tomarse tres minutos antes de levantarse. Acostarse boca arriba, sintiendo las sábanas, manteniendo el cuerpo reposado cómodamente en la cama. Respirar hondo varias veces, exhalar totalmente, sin tener que retener aire.

No es necesario pensar en lo que hay que hacer durante el día, no hay que dejar que los pensamientos roben ese momento. Hay que concentrarse solo en respirar, sentir que el cuerpo está vivo. Agradeciendo a la vida la posibilidad que se tiene de vivir este nuevo día y sonreír.

Al lavarse los dientes

Esto es algo que se hace de manera automática y forma parte de la rutina, pero debes saber que es posible meditar a lavarse los dientes. Dicha actividad comienza cuando se toma el cepillo y se le coloca dentífrico, aprovechando ese instante para respirar.

Sentir el cepillo en la mano, colocar la pasta dental necesaria, ni más ni menos, respirar nuevamente. Experimentar la sensación del cepillo en a boca, respirar, los movimientos y como pasa por los dientes, sin tener prisa.

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Cepillar muy bien la lengua, con movimientos suaves. Notar la sensación que se experimenta, respirar nuevamente. El sabor que deja la pasta dental, la cantidad de espuma que se ha formado, la lengua, encías. Es un mundo que se encuentra lleno de múltiples sensaciones. Siempre respirando.

Detenerse a sentir la frescura del agua y la frescura de la boca, cuando ha quedado limpia. Mientras se hace este ejercicio, no hay que permitir que los pensamientos lleven la mente hacia otro lugar, que no sea más allá de la boca y el cepillo de dientes. En todo momento, sin dejar de respirar profundamente.

Comer con atención

Estrés y ansiedad

Agarrar una mandarina, sostenerla un momento con las manos y cerrar los ojos. Detallando su textura y su peso. Pelarla sin tener que abrir los ojos. Notando cómo sale la piel y aparece la textura que posee en su interior. Percibir el aroma que desprende. Separar uno de sus gajos, sentirlo, notando cómo en la boca es necesario morderlo para que libere todo su jugo.

Así, en todo momento hay que masticar con tranquilidad, saboreando la fruta. De igual manera, es importante comer cada uno de los gajos, dejando que los sentidos se sorprendan en cada oportunidad que se presenta para liberar el sabor.

Al quitarse los zapatos

También es posible practicar la meditación, incluso al quitarse los zapatos. Llegar a casa luego de una jornada de trabajo agotadora y desear liberar los pies de los zapatos es habitual en el día a día. Sin embargo, esta parte no hay que hacerlo de cualquier manera. Es necesario tomarse unos instantes para observar los pies, mientras todavía están puestos los zapatos.

Con la mano, agarrar uno de los zapatos y sacarlo, sintiendo la liberación. Esto también hay que hacerlo con el otro pie. Los zapatos han sido compañía durante todo el día, por lo tanto, es de gran importancia guardarlos con mucho respeto. Después, hay que sentarse y masajear cada pie con movimientos suaves. Respirando de manera profunda, descansando las plantas, acogiéndolas en las manos y ofreciéndoles cariño.

De igual manera, hay que tomarse unos minutos para agradecer a los pies, ya que son los responsables de sostener el cuerpo durante todo el día. Y han permitido que puedas andar sin ningún problema. Tan solo unos cinco minutos serán suficientes para todo este ritual, y podrás colocarte tus zapatillas de casa, sabiendo plenamente que la jornada laboral ha terminado.

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¿Cuál es la meditación más apropiada para aliviar el estrés y ansiedad?

La meditación más adecuada para calmar el estrés y ansiedad se tiene que concentrar en la respiración. Manteniendo una conciencia constante, empezando por imaginar que la respiración entra con lentitud en los pulmones y sale con la misma velocidad. Repitiendo esta secuencia infinidades de veces. Una vez que la mente divaga, hay que continuar llevando la atención hacia la respiración.

Fuente:

Mayo Clinic, Cuerpo mente, Anahana