Gabriela y Camilo decidieron hacer que su vida fuera diferente a la de los demás. Gabriela es argentina, y Camilo es mexicano. Quizás por eso, no había un lugar en el mundo en el que los dos quisieran instalarse de forma permanente.
Se conocieron a principios de 2012 en Buenos Aires (Argentina), y se volvieron inseparables de inmediato, ya que descubrieron que ambos compartían el anhelo de vivir viajando.
El 14 de diciembre de ese mismo año comenzaron su primera aventura: recorrer América Latina, viajando por Tierra desde Argentina hasta México. Lograron su objetivo, pero descubrieron algo más en el camino: no querían instalarse en ningún lado, y tampoco querían dejar de viajar.
De ese modo, comenzaron un nuevo proyecto de viaje, que llamaron Plan B Viajero. Pero, esta vez, se entregarían por completo, haciendo del viaje un estilo de vida.
Dejaron de lado los lugares turísticos y trazaron un mapa para regresar de México hacia Argentina atravesando algunos de los países que ya habían visitado (Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia), y otros como Belice, Venezuela, Las Guyanas, Brasil, Uruguay y Paraguay.
Pero este viaje, que ya era una aventura en sí, aun no les parecía suficiente. Por eso, le dieron otro condimento: decidieron hacer un camino ecológico y fomentar a través del ejemplo un estilo de vida sustentable.
Como primer paso, cambiaron sus hábitos: comenzaron a hacer su propio shampoo y pasta dental y compartieron en su blog la receta; aprendieron sobre construcción en adobe, permacultura y energías alternativas, dejaron de consumir carne y derivados de origen animal, y decidieron cambiar el auto por las bicicletas y hacerse sus propios cuadros de bambú. Así lograron, finalmente, viajar y vivir en armonía con el medio ambiente.
Gabriela y Camilo piensan cada detalle desde el respeto al medio ambiente y a la naturaleza que los rodea: por ejemplo, utilizan una especie de bambú no comestible en la construcción de las bicicletas, para no emplear el alimento de especies en peligro como los osos panda.
Están decididos a transmitir el modo de vida sustentable que llevan a la mayor cantidad de personas que puedan, por eso hacen lo posible para concientizar sobre los beneficios del uso de la bicicleta como transporte, así como también sobre la permacultura y, con ella, la posibilidad de vivir en armonía con la naturaleza.
Uno de sus proyectos es acercarse a las escuelas durante su viaje para contar su proyecto y hablar con los más pequeños sobre la sustentabilidad. También darán, a lo largo del viaje, talleres cortos para enseñar a otros a confeccionar sus propias bicicletas de bambú.
Ahora viajar es su modo de vida, por eso, cuando lleguen a la Patagonia argentina no pretenden instalarse allí tampoco, sino emprender una aventura, que podría ser recorrer Asia... ¡o cualquier otra parte del mundo!
Su historia, como la de otros viajeros que se animan a viajar en familia, a viajar con niños pequeños demostrando que se puede, o incluso a adoptar animales como compañeros de aventura, es un gran ejemplo para motivar a todos quienes estén necesitando un último empujón para animarse a cumplir un sueño.