No parece real, parece una pesadilla: si hacemos la cuenta, en 2017 fueron asesinados, en promedio, un ambientalista cada dos días. Muertos a sangre fría por una causa que quizás es la más noble con la que se pueda comprometerse: proteger los derechos de la Tierra.
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Elpasado viernes 2, la ONG Global Witness,en alianza con el periódico The Guardian,publicó nueva información donde se revela que 197 personas fueron asesinadas en 2017 por enfrentar a gobiernos yempresas que robaron sus tierras y dañaron el medio ambiente, y por denunciarlas prácticas corruptas e injustas que lo permitieron.
Estosactivistas se encuentran en la línea de frente en un campo de batalla global.Desde la lucha despiadada por la riqueza natural en el Amazonas, hasta losguardaparques que protegen las reservas naturales de la República Democráticadel Congo, las caras de las y los defensores del medio ambiente atraviesancontinentes, países y regiones. Aun así, las amenazas que enfrentan son lasmismas.
La situación actual
Segúnel informe publicado, durante 2017, AméricaLatina mantiene el primer lugar en el ranking de asesinatos contra personasdefensoras de la tierra y el medio ambiente.
Sin embargo, la agroindustria ha sobrepasado a laminería como el negocio más vinculado al asesinato de activistas (ambasindustrias juntas representan el 60% de las vinculaciones conocidas).
A su vez,la defensa de parques nacionalescontinúa siendo uno de los trabajos más peligrosos del mundo, con 21asesinatos registrados vinculados con la caza ilegal.
Algunos casos
Laorganización colombiana Comunidades Construyendo Paz en los Territorios(Conpaz), trabaja creando espacios libres de grupos armados en su comunidad, ypronunciándose en contra de grupos paramilitares de derecha. Su líder,Emilsen Manyoma, quien documentaba asesinatos y desapariciones forzadas, fueabiertamente crítica contra las empresas que forzaban a la gente a abandonarsus tierras. Ella perdió la vida junto a su marido, Joe Javier Rodallega, en unataque dirigido y mortal.
Méxicoes ahora un lugar mucho más peligroso para quienes luchan por proteger sutierra, situándose en el cuarto lugar enla lista mundial de países más peligrosos para ser un defensor del medioambiente (anteriormente, México ocupaba el puesto 14).
Aprincipios de 2017, Isidro Balenegro López, activista mexicano y ganador delPremio Goldman del medio ambiente, fue asesinado. Era una persona abiertamentecrítica de la tala ilegal que amenazaba los antiguos bosques cercanos a suhogar (región afectada por la violencia, el tráfico de drogas y la corrupción).
Es el segundo galardonado en ser asesinado tras la muerte de Berta Cáceres,célebre activista hondureña, quien fue asesinada menos de 12 meses antes.