La nación de Kiribati, un grupo de 33 islas en el Océano Pacífico, está luchando por sobrevivir debido al cambio climático. Su terreno tiene una elevación media de tan solo dos metros sobre el nivel del mar. Se trata de una delgada línea, un escaso margen, que separa del mar.

[También te puede interesar: Kiribati: el país que podría desaparecer en menos de 15 años]

En dado caso, aumenta la preocupación y riesgo ante la mínima crecida marítima. También, ante la variación en las mareas u otros eventos climáticos adversos parece no ser infundada.

el gobierno estudia distintas opciones

Esto incluye la creación de islas flotantes, la formación de tierra edificada o ganada al océano o incluso la necesidad de una evacuación a Fiji.

Teboboua Biribo, un local de 62 años, expresa: “Sin un entorno oceánico de calidad, tenemos menos posibilidades de sobrevivir”. Lo cierto es que Teboboua nació y creció en el atolón de Abemama. Por razones laborales, emigró del atolón en 1995.

kiribati

A su vuelta en 2017, fue consciente de cómo había cambiado el panorama en estos 22 años a causa del cambio climático:

“El aumento de las temperaturas ha producido cambios tanto en tierra firme como en el océano. Abemama es muy rico en recursos marinos, pero éstos se están agotando debido al clima y por ello estamos sufriendo las consecuencias”.

Un hermoso atolón en el océano Pacífico

Abemama está rodeado por aguas cálidas y la mayoría de sus habitantes se dedican a la pesca. El cambio en el clima ha provocado una escasez en el número; así como una disminución en el tamaño de los peces disponibles. Esto supone un desafío increíble para sus residentes a la hora de simplemente subsistir.

Dicho atolón depende de tres vuelos semanales o un trayecto de varias horas en bote para acceder a la capital del país, Tarawa.

De alguna forma, este aislamiento puede ser positivo para proteger a sus habitantes de la actual pandemia, siempre y cuando sean capaces de proveerse de pescado suficiente y cultivos básicos como el coco, el taro o la fruta del pan. Pero a la vez, resalta su vulnerabilidad al necesitar otros productos importados.

La recuperación de algunos productos locales

A través de proyectos y capacitaciones, la plantación tradicional de cultivos en el atolón está recuperando productos locales como los mencionados anteriormente y otros como los pandanos, los higos, los plátanos, la papaya y la mandioca, así como su modo de preparación y cocinado.

kiribati

Rui, otro agricultor, comenta: “Ahora tengo una dieta saludable y enseño a mis hijos a depender de los alimentos de nuestro huerto en lugar de los alimentos importados. Los cultivos del jardín pueden mantenernos durante tormentas cuando no es fácil pescar”.

Para Kiribati, esto significa una menor dependencia en cuanto a los alimentos importados y una mayor resiliencia ante el cambio climático pero, ¿será esto suficiente para subsistir o se verán obligados a emigrar en un futuro no muy lejano?

[También te puede interesar: Esta mujer superó su miedo a nadar para cruzar el océano Pacífico en un velero]

Gran responsabilidad para un mundo en el que el aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami. Habrá que decidir qué es lo más importante.

“Tenemos una misión que cumplir: proteger y crear un planeta en donde las siguientes generaciones puedan vivir de manera saludable”