Trump plantea un nuevo consenso energético entre petroleras y el sector bio en búsqueda del alcance de un consenso sobre la política de energía del país, con el fin de evitar las tensiones que marcaron su primer mandato. Según expresaron a Reuters cuatro fuentes cercanas a las negociaciones, ambas partes iniciaron conversaciones para definir el futuro de los combustibles renovables en Estados Unidos.
Las compañías petroleras y los fabricantes de biocombustibles mantienen una rivalidad histórica en el mercado de combustibles del país. La disputa gira en torno al Estándar de Combustibles Renovables (RFS, por sus siglas en inglés), que exige la mezcla de etanol y otros biocombustibles en la gasolina. En respuesta a esta pugna, la Casa Blanca promovió encuentros entre las partes.
Durante la reunión, los participantes debatieron sobre los volúmenes obligatorios de biocombustibles, las exenciones para pequeñas refinerías y la política fiscal del sector. De acuerdo con Hupman, cualquier acuerdo entre estas dos influyentes industrias podría ser adoptado por el gobierno de Trump. “Es más fácil para la administración fijar objetivos si escucha a ambos bandos”, aseguró a Reuters.
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Los puntos principales bajo la lupa
Uno de los temas centrales de la discusión fue la nueva normativa que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) prepara para regular la mezcla de biocombustibles en los próximos años. Según el artículo de la agencia inglesa, existe consenso en aumentar significativamente el volumen de diésel renovable y biodiésel, que actualmente se sitúa en 3.350 millones de galones. El rango propuesto oscila entre 4.750 y 5.500 millones de galones, aunque persisten diferencias sobre la velocidad del incremento.
En contraste, los volúmenes de mezcla de etanol alcanzaron el techo de 15.000 millones de galones debido a la baja demanda de gasolina, lo que limita su margen de crecimiento. Además, los asistentes al encuentro mostraron posturas divididas respecto a las exenciones otorgadas a pequeñas refinerías, una medida que en el pasado ha generado polémica en el Cinturón Agrícola. Durante la administración Trump, la EPA concedió un número récord de estas exenciones, lo que generó críticas de sectores republicanos que defendían a los agricultores afectados.
El expresidente Joe Biden intentó limitar estas exenciones, desatando una serie de litigios que llegaron hasta la Corte Suprema de EE. UU. En la actualidad, varias solicitudes de exención siguen pendientes ante la EPA, y las partes enfrentadas discrepan sobre si las grandes refinerías deberían compensar los volúmenes exentos.
Definiciones grises
Algunas organizaciones, como la Asociación Nacional de Operadores de Paradas de Camiones (NATSO), abogan por restablecer el crédito anterior, mientras que otros actores del sector respaldan el nuevo esquema fiscal. Según los asistentes a la reunión, todavía no hay consenso sobre este tema, más allá del compromiso de continuar las conversaciones.
La negociación refleja una nueva fase de cooperación entre las grandes petroleras y los productores agrícolas. Según Hupman, la brecha entre ambas industrias se redujo con el tiempo, ya que refinerías como Marathon Petroleum y Valero invirtieron en biocombustibles. “Nuestras empresas han evolucionado con el mercado energético”, afirmó. “El RFS ha llegado para quedarse, y queremos garantizar su eficiencia”.
Fuente: Econews