El turismo sustentable o turismo sostenible es aquel turismo que sigue los principios de sostenibilidad, minimizando el impacto sobre el medio ambiente y cultura local, al tiempo que contribuye a generar ingresos y empleo para la población local.
A su vez, la Organización Mundial de Turismo lo define como el turismo que tiene en cuenta las repercusiones actuales y futuras en las dimensiones económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, la industria, el entorno y las comunidades anfitrionas.
Esta iniciativa es tendencia en todo el mundo, incluye hotelería más verde y experiencias en contacto con las comunidades de la zona. Cada año crece la demanda por parte de los consumidores, y los gobiernos y proveedores están estableciendo políticas para incentivar este tipo de turismo. Pasó de un 62% en el 2016 a un 65% en el 2017, un 68% en el 2018 y un 72% en el 2019.
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Numerosos destinos están registrándose bajo estrictos criterios de sostenibilidad.
Entre los destinos ejemplares, se encuentra Costa Rica. Allí, tienen un programa de pago por servicios ambientales, que otorga incentivos a comunidades rurales a cambio de la conservación de bosques. Más del 25% de su territorio está dedicado a parques, reservas nacionales y tierras protegidas.
Otro de los enclaves turísticos sustentables son las Islas Galápagos, en Ecuador. Sus políticas de preservación prohíben fumar, pescar, alimentar animales y practicar deportes náuticos. Además, algunas áreas tienen restricción del número de visitantes permitidos para evitar su deterioro.
Además de Costa Rica y Ecuador, lugares como Fernando de Noroña en Brasil, Los Esteros del Iberá, en Argentina, y muchos más también se encuentran en el camino de la sustentabilidad.
A su vez, los hoteles también colocan su grano de arena para ayudar y promover el turismo sustentable. Se hacen llamar “hoteles eco” y adoptan, entre otras cosas, prácticas de ahorro energético y una prestación de servicios ecológica. Para llevar a cabo esta idea, los hoteles siguen estándares globales determinados por el Consejo Global de Turismo Sostenible.
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Un caso llamativo es el “BioHotel”, en Bogotá, que es un ejemplo de sustentabilidad. Está alimentado por energía solar y posee huertas en agricultura vertical. Fue construido con materiales reciclados y apoya a los proveedores locales para abastecer a sus clientes.