Es posible que conozcas el término workaholic: es una combinación de work (trabajo, en inglés) y alcoholic (alcohólico). Esta es la denominación para identificar a las personas adictas al trabajo. Sin embargo, no todas las personas que tienen jornadas laborales muy extensas necesariamente están en esa tipología tan frecuente en el mundo actual.
Todos vivimos picos de trabajo que exigen mucha cantidad de horas. El problema aparece cuando durante años se sostiene una rutina laboral de carga horaria excesiva, donde la persona se va enganchando cada vez más: allí aparece el efecto “trampa” y se produce la adicción.
Desde el lado de las empresas, el vértigo del mundo actual, las transformaciones aceleradas y una gestión del talento que no siempre está centrada en el bienestar de las personas -sino en lo que éstas producen basado únicamente en resultados- hace que se pierda de vista lo nociva que es la adicción al trabajo.
A su vez, el liderazgo coercitivo, donde la figura de un jefe extremadamente demandante lleva a las personas hasta sus límites, es una figura que aún está vigente.
Sin embargo, es necesario resaltar que cada vez hay más líderes conscientes que trabajan en otro tipo de conducción de personas, enfocada en su desarrollo humano, además de lo profesional. En este balance radica parte del éxito de muchas compañías enfocadas en la innovación y en una adecuada gestión del talento humano con foco en las personas, además de su “hacer” y “rendimiento”.
Por el lado de las personas, muchos caen en la adicción al trabajo porque, consciente o inconscientemente temen perder su trabajo si no “rinden”, aún a costa de postergar su vida y caer en la conducta adictiva a lo laboral. En algunos casos también se suma una sobre exigencia individual extrema, donde muchos intentan ser perfectos en todo, cuando sabemos que ese rasgo -la perfección- no existe en el plano humano: podemos aspirar a la excelencia al hacer lo mejor posible, todo el tiempo, con los recursos disponibles.
De la A a la Z: el abecedario de comportamientos de los adictos al trabajo
Para poder determinar rápidamente si estás siendo un adicto al trabajo, propongo que revises la siguiente lista, y verifiques si tienes algunos de estos comportamientos:
- Trabajan una cantidad de horas excesiva, y no saben poner ningún tipo de límites de días, horarios, condiciones.
- Continuamente asumen nuevas tareas adicional además de sus responsabilidades habituales.
- No pueden poner freno a su adicción al trabajo: sienten un vacío existencial si no están dedicado a algo productivo con relación a eso.
- Evitan hacerse chequeos médicos.
- Sienten culpa si no están trabajando.
- Usualmente dedican al trabajo hasta un 50% más de horas que la media del resto del equipo.
- Se quedan hasta altas horas de la noche dedicados al trabajo.
- Comen en su escritorio, y prácticamente no hacen pausas (a veces, contienen incluso sus ganas de ir al baño ya que la ansiedad que sienten no les permite darse el permiso de distraerse en eso).
- Tienden a aislarse socialmente.
- No dedican tiempo al ocio y al entretenimiento, al que consideran vacío de sentido: lo único que centra su atención es el trabajo.
- Piensan de sí mismos que son personas de alto rendimiento, aunque por lo general, cuando sostienen este ritmo a lo largo de los años, su calidad y enfoque tiende a disminuir.
- Viven ignorando las señales físicas y emocionales.
- Tienen alta tolerancia al maltrato y a los abusos: los consideran normales dentro de un marco de alta exigencia, sin poder discernir que los hieren y lastiman.
- Se sobre adaptan a las situaciones, problemas y personas muy por encima de sus posibilidades reales. Están todo el tiempo sobre-girándose a sí mismos en su entrega de energía hasta el extremo del agotamiento total.
- Relativizan cualquier problema de salud.
- No tienen registro del otro: están ensimismados en dedicar una cantidad extrema de horas sólo al trabajo y a su propia mirada. Por eso es frecuente que tengan muchísimas dificultades para tener pareja, hacer amigos, tener una rutina de ejercicios, por ejemplo.
- Se consideran profesionales destacados y prácticamente invencibles.
- Dejan de frecuentar a sus afectos (no asisten a cumpleaños, fiestas, etc.).
- Suelen ser muy desorganizados puertas adentro de su hogar.
- No saben delegar y acumulan responsabilidades porque así sienten que son mas útiles y aparentemente efectivos.
- No disfrutan de los logros: es una sensación pasajera e inmediatamente se dedican a continuar con lo que sigue.
- Son de hacer juicios sobre el bajo desempeño de los demás, ya que los miden desde su propia perspectiva.
- Suelen mentirse a sí mismos cuando logran entender la adicción que padecen; hacen trampas y ocultan información para no quedar expuestos a su afección.
- Sufren de estrés prolongado en los años, y frecuentemente caen en el Síndrome de Burnout (del quemado).
- Padecen de manifestaciones físicas que intentan paliar con automedicación, como gastritis, estreñimiento, mala alimentación, alergias, gripes que no se curan, problemas cardíacos, insomnio (muy frecuente), etc. Es muy habitual que tengan un gran botiquín en los cajones del escritorio.
- En estados avanzados, suelen presentar problemas de memoria con dificultades para concentrarse y observar los detalles con precisión.
A modo de test simple, si has indicado “sí” en 7 o más tópicos, es posible que tengas tendencia a la adicción al trabajo. Lo conveniente es hacer una consulta con un terapeuta profesional, que es quien puede orientarte y ayudarte a ir a la raíz para empezar a resolverlo.
16 ideas para prevenir la adicción al trabajo
Como una primera aproximación a las soluciones, estas dieciséis ideas serán de utilidad para que te pongas en marcha:
1. Buscar ayuda profesional. Un psicólogo o psiquiatra ayudará a encauzar las prioridades de la vida, revisar el origen del trastorno, y contener.
2. Cumplir horarios y rutinas de trabajo. Al ajustar estas pautas podrás empezar de a poco a dedicarte a la familia, amigos, salidas, un hobby, la lectura y cualquier otra cosa que no sea relacionada con lo laboral. Es un proceso gradual.
3. Aprender a delegar. Sentar las bases con los compañeros o colaboradores de equipo para delegar en forma efectiva.
4. Detectar el cansancio y el agotamiento: frenar a tiempo.
5. Evitar estar sobre adaptándose a las situaciones: aplicar la intuición y lo que dicen “las tripas” para frenar a tiempo.
6. Establecer prioridades en la lista de pendientes. Es una herramienta básica de productividad, para ayudar a equilibrar su vida personal y laboral.
7. Hacerse chequeos médicos. Para minimizar las dudas sobre el impacto del estrés es necesario que realices controles periódicamente.
8. Cuidar la alimentación.
9. Realizar ejercicio físico con regularidad, como mínimo tres veces por semana. Cualquier disciplina te ayudará en este proceso.
10. Variar las rutinas laborales. Alternar momentos de alta demanda de foco y concentración, con descansos y recreación, en lo posible fuera del entorno de trabajo.
11. Evitar almuerzos o cenas de trabajo: lo ideal sería dedicar estos tiempos al disfrute y desconexión.
12. Disminuir el estrés. Bajar los niveles practicando meditación, yoga, mindfulness, escuchando podcast que eleven su motivación y autoestima.
13. Compartir tiempo de calidad con afectos genuinos. Más allá de los vínculos laborales, dedicar tiempo específicamente a las personas queridas y darles prioridad.
14. Tomar vacaciones. No postergarlas, programarlas y delegar tareas, dejando organizada la forma en que se pondrán en contacto contigo en caso de ser necesario. Esto incluye mucha disciplina en la tendencia a chequear mails, llamar a la oficina, etc.
15. Pedir ayuda a un círculo de contención: amigos y familia pueden ser una red esencial para asistirlos.
16. Conversar en el trabajo sobre tu adicción: es importante pedir ayuda a los jefes y compañeros para avisarles que estás en un proceso de mejora de tu tendencia a trabajar mucho más de la cuenta y de las consecuencias que esto tiene para tu vida y salud. Pide en forma específica de qué manera quieres que te ayuden.