Todos podemos reconocer el dolor y la tristeza que deja una pelea con nuestra pareja, madre, padre, hermanos, amigos, o cualquier otra persona que amamos. Haciendo a un lado las idealizaciones, la realidad es que los vínculos no son perfectos, y siempre puede haber diferencias, distancias o incluso discusiones que pueden llegar a dejarnos una herida.

Pero lo que es importante tener en cuenta es que esas heridas no siempre significan que el vínculo se ha roto, sino que nos ponen frente al desafío de trabajar sobre lo que pasó para sanar y hacer crecer esa relación.

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Una pareja se abraza con tristeza

Si te has peleado con alguien que quieres mucho y eso te duele, lo primero que debes hacer es quitarte el resentimiento, el dolor o la ira para no tomarte las cosas de manera personal y poder hablar desde un lugar más calmo.

Recuerda que todo vínculo refleja algo que debes trabajar en ti. Ver al otro como un maestro que te proyecta tu propio valor, o tu propia debilidad, es algo que puede ayudarte a sanar y a aprender, incluso de las heridas.

Es importarte que sanes esas heridas emocionales para que puedas sentirte más libre y en mayor armonía contigo. Una técnica que se utiliza en estos casos es hacer una carta de liberación.

Antes de comenzar, es importante que te quites cualquier prejuicio que tengas. Esto es solo para ti, para tu propia sanación. Nadie tiene por qué enterarse de que lo estás haciendo.

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Ahora sí. Busca un sitio tranquilo. Toma un papel y un bolígrafo y escribe:

Aquí y ahora, yo, (pon tu nombre completo), escribo esta carta con la intención de soltar este vínculo que se ha vuelto tóxico para mí.

Me perdono y perdono, desde el centro de mi corazón, a (pon el nombre de esa persona) por habernos herido. Me libero de cualquier sentimiento o pensamiento que puedo haber generado y que me está generando dolor.

Reconozco que mi alma eligió esta experiencia como aprendizaje y, con la ayuda del Universo, suelto y me libero de esta energía que me hace mal. Me propongo convertir el dolor, el resentimiento y la ira, en amor hacia mí y hacia lo que me rodea; entendiendo que es ese el sentimiento que todo lo cura, incluso a mi corazón.

Le pido fuerza, coherencia e iluminación al Universo; me bendigo y bendigo a (escribe el nombre de la persona), deseándonos salud física, emocional y espiritual.

(Pon el nombre de la persona): te libero y me libero por... (escribe todo lo que quieras decirle a esa persona; esto es solo para ti así que no pienses en las formas, habla con tu corazón).

Agradezco al Universo por acompañarme en esta liberación; y aquí y ahora decreto roto todo lazo insano. Afirmo que merezco un vínculo de amor sincero, completo, nutritivo y respetuoso. Que así sea, y así será.

(Firma)

Una vez que hayas terminado de escribir, lee tu carta de liberación en voz alta y firme. Si lo sientes, puedes quemarla y arrojar las cenizas.

Para terminar, puedes cerrar con una meditación.

Fuentes:

Circulo afrodita