Cuando una persona está "a la defensiva" puede reaccionar de forma agresiva, o sentirse herido u ofendido muy fácilmente frente a una situación o comentario que no tuvieron esa intención.
Si se lo ve desde afuera puede ser muy notoria la irracionalidad de esa reacción; no hay nada concreto que haya sido dicho o hecho para herir u ofender al otro. Lo que pasa es que, por lo general, estas reacciones pueden despertar desencadenantes emocionales, que son internos y que de alguna forma se "activan" frente a situaciones o palabras.
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Por ejemplo: si toda su vida a una persona se le ha dicho que "era una inútil" y en su trabajo, se le cae un café y un compañero le dice en tono de chiste: "qué inútil estás hoy"; esa persona podría reaccionar mal (sentirse ofendido, ponerse a llorar, etc).
En este sentido, los desencadenantes emocionales son heridas que aún permanecen abiertas, y que tienen que ver con la propia historia personal.
¿Cómo hacer para manejarlo y estar menos a la defensiva? Aquí algunos consejos.
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Identifica qué cosas podrían estar actuando en ti como desencadenantes emocionales, qué situaciones o comentarios te hacen sentir más molesto y desequilibrado. Por ejemplo: cuando alguien dice algo sobre tu cuerpo, o te hace una devolución de tu trabajo, u opina sobre tus relaciones amorosas, etc.
Indagar el origen
Pregúntate cuándo comenzaron esos desencadenantes. Eso te ayudará a conocerte más a ti mismo y a comprender dónde se encuentra el "nudo" que hay que desarmar para que te sientas mejor.
Reprogramar tus creencias negativas
Nuestra mente es muy poderosa. Y la realidad que creemos es precisamente aquella que nosotros creamos; ¿sino por qué todos vemos las cosas de una manera tan distinta? Por eso, si hay cosas que puntualmente te ponen a la defensiva, reprograma esos disparadores emocionales de un modo positivo. Por ejemplo: si te han dicho que eras un inútil y hoy eso te hace daño, dite a ti mismo que eres una persona valiosa, útil, amada, necesaria.
Es común que al comienzo sientas que es una mentira, que no te lo crees, pero de a poco la irás incorporando hasta que hayas olvidado que alguna vez te costó aprenderla. De eso se trata crear una buena costumbre; de hábitos saludables para ti.
Siempre que puedas, buscar un terapeuta o profesional que pueda guiarte en este proceso es lo más recomendable, ya que podrá guiarte y darte mayor seguridad.
¡Vas por buen camino! No te detengas ni dudes de ti.
Estas herramientas corresponden al libro "The Empath's Survival Guide".
Fuentes: