Desde que el mundo es mundo, las personas felices y quienes tienen éxito son objeto de todo tipo de situaciones indeseables. Una de las más evidentes es la envidia de quienes los observan fluir en la vida logrando sus objetivos y metas y disfrutando del proceso.

La palabra “envidia” proviene del latín “invidia”: “mirar con malos ojos”. Así, se envidia a las personas que, desde la óptica del envidioso, tienen mejor vida que la propia.

En el ámbito del trabajo, al igual que en lo personal, la envidia es una manifestación negativa que busca dañar al otro. Se produce por una actitud despectiva hacia los logros de los demás.

En muchos casos no se anhela tener lo que el otro ya posee, sino que lo pierda. Esto, que parece muy rebuscado en superficie, encierra una cuestión clave: ser feliz y alcanzar el éxito en cualquier campo puede implicar un trabajo duro, cosa que quien envidia no está dispuesto a hacer. Sólo quiere dañar o destruir mediante distinto tipo de abusos y la provocación, apelando al sarcasmo, la egolatría, entrometerse en la vida del otro, perseguir y acechar o bien, lanzar las balas directamente.

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Algunos tipos de envidia

Con matices, es posible distinguir al menos cuatro tipos de envidia que se viven cotidianamente entre las personas:

  • 1. Envidia de las personas en sí

El envidioso siente que merece algo que ya posee el otro, incluso si no lo conoce. Por eso lo agrede, como es el caso de quienes aprovechan el anonimato de las redes sociales para declararle la guerra a alguien. Incluye todo tipo de sensaciones enojosas contra otro por su forma de contactarse y relacionarse, por tener pareja (o por disfrutar con alegría de estar solo), su estatus o posición social, y hasta la cantidad de seguidores que tiene en las redes sociales.

  • 2. Envidia de las posesiones o logros materiales

Aquí la persona resiente lo que ha alcanzado el sujeto al que envidia, y frecuentemente buscará difamarlo, poner trabas en su desarrollo o, simplemente, hacer una “procesión por dentro” mirando cómo el otro crece mientras él o ella se cuecen en las aguas hirvientes de la envidia.

Este halo de éxito es lo que suele envidiarse, junto con los beneficios que ello acarrea: la popularidad, un ascenso, el acceso a una mejor calidad de vida, el dinero y el flujo de oportunidades de crecimiento, son algunos de los aspectos que generan envidia.

  • 3. Envidia del talento

Cuando una persona se destaca en el trabajo o carrera, es posible que eso genere envidia entre los que la rodean, e incluso entre quienes no la conocen personalmente. El envidioso admira secretamente y su forma de llamar la atención, e incluso de reconocer cuánto le importan los logros del otro, es hacer todo lo contrario: volver su vida en un infierno, drenar su odio y hacer cualquier cosa con tal de dañarlo.

Finalmente, veamos el cuarto tipo. ¿Existe?:

  • 4. Envidia “sana”

La psicología ha caracterizado este tipo de comportamiento indicando que, bien equilibrado, podría resultar estimulante para el envidioso, ya que, a la par de reconocer los méritos del objeto de su mirada, se propone tomar algo de su ejemplo para su mejora personal. En el caso de que logre ser feliz y exitoso por ejemplo-, comenzará en aquel momento un ciclo de reversa en contra suyo, ya que es probable que deba beber de su propio veneno: la envidia de otros hacia él.

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Cómo identificar la envidia y cómo protegerte de ella

La pista de que estás siendo envidiado de alguna forma te la darán estos tres indicios:

  1. Eres objeto de bromas pesadas, comentarios desagradables y críticas sin piedad.
  2. Cualquier cosa que hagas o dejes de hacer será motivo de una reacción negativa por parte de algunas personas en particular.
  3. Recibes desplantes y respuestas desagradables por más que te esfuerces por mantener buenas relaciones.

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Esto es lo que puedes hacer para salir adelante:

  • Enfócate en tus valores y en tu propia vida

Es preferible dejar de lado a aquellas personas que quieren limitar tu crecimiento. Sigue adelante. Cualquier persona que obtiene logros será envidiada: prepárate para eso. No puedes caerle bien a todo el mundo.

  • Mantén una conversación sincera con la persona

Esto incluye la posibilidad de que sea la última si así lo sientes. Aquí lo importante es sentirte bien contigo, abrir un espacio con el envidioso si se pudiese reparar algo; aunque rara vez se lo pueda conseguir.

  • Pon límites a tu tolerancia

Aprende a decir que “no” y frena a tiempo.

  • Observa si te critican todo el tiempo

Una cosa es el feedback como oportunidad para mejorar, y otra, muy diferente, es el que proviene de la ponzoña y de hacerte sufrir. El termómetro de la envidia es que si, en un mismo comentario, te critican tres o cuatro veces, lo conveniente es que te apartes de inmediato.

  • Desapégate del afán de aprobación de los demás

Si bien a todos nos gusta sentirnos queridos y apreciados, en el caso del envidioso eso no será posible, ya que, hagas lo que hagas, siempre estará allí para intentar degradarte. La herramienta es trabajar internamente y reforzar tu auto estima para que no te importe la opinión de los demás.

Y tú, ¿cómo lidias con las personas envidiosas?

Fuente:

Daniel Colombo