Si bien fueron veintidós las naciones que originalmente avalaron el Acuerdo de Escazú, solo diez lo habían ratificado hasta el 5 de octubre del 2020. Ellos son Antigua y Barbuda, Bolivia, Ecuador, Guyana, Nicaragua, Panamá, San Vicente y las Granadinas, Saint Kitts y Nevis, Uruguay y Argentina.
La importancia de la ratificación del Acuerdo de Escazú por parte de México es que solo faltaba la firma de un país para llegar a las once y que el acuerdo esté en condiciones de entrar en vigencia.
El tratado regional de Latinoamérica y el Caribe es producto de negociaciones lideradas por Costa Rica y Chile, de las que también participaron Argentina, México, Perú, San Vicente y las Granadinas y Trinidad y Tobago.
Si bien Argentina fue uno de los países involucrados, ese país recién ratificó el Acuerdo el 25 de Septiembre del 2020. Chile, que fue uno de los países líderes en el armado, aún no lo ha firmado.
Uno de los principales motivos que señalan los ambientalistas, entre otros sectores que apoyan la firma del tratado, como fundamento de la negativa de ciertos países a adherir al tratado es el temor que existe en los sectores más conservadores por la participación ciudadana en cuestiones ambientales, que constituye justamente el corazón de la normativa.
[También te puede interesar: Estados Unidos abandona formalmente el Acuerdo de París que tenía como objetivo detener el cambio climático]
¿Qué es el Acuerdo de Escazú?
El Acuerdo de Escazú es un instrumento que busca democratizar el acceso a la información de proyectos con impacto ambiental, e involucrar a la cuidadanía en la toma de decisiones vinculadas a estas temáticas.
Se trata de un acuerdo vinculante entre 24 países de Latinoamérica y el Caribe que busca garantizar el derecho a un ambiente sano, la justicia ambiental, el acceso a información ambiental y la participación ciudadana a la hora de decidir respecto de cuestiones vinculadas al ambiente.
El Acuerdo de Escazú lleva su nombre por haber sido firmado el 4 de marzo de 2018 en la ciudad de Escazú en Costa Rica. En ese momento se estableció que el mismo entraría en vigencia cuando sean once los países que lo ratifiquen.
México fue el país número once en ratificarlo, más de dos años más tarde de haber suscrito al mismo, y con su firma inicia el período de 90 días para que entre en vigencia.
Se trata de un momento particular en el que se amplifica la resonancia de este tipo de noticias, ya que tiene lugar solo dos días después de que Estados Unidos anunciara su salida oficial del acuerdo de París el pasado 4 de noviembre, abandonando el tratado que tiene como objetivo principal la reducción de gases de efecto invernadero.