Es común entre adultos añorar la época en la que había más romanticismo entre jóvenes. Los encuentros eran necesariamente cara a cara, y se trataba de impresionar a la persona amada con miradas, con un peinado, o con unos pasos de baile.
Actualmente, en cambio, la vida pasa por las redes sociales. Y así, los jóvenes millenials sólo saben llegar al amor a través de su teléfono móvil. Las redes sociales de citas son el ejemplo más claro de lo difícil que puede ser hoy en día conocer a alguien “en directo”.
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Pero hay una tendencia que se repite incansablemente y (nobleza obliga) la mayoría de nosotros ha hecho alguna vez.
Esa tendencia existe casi desde el comienzo de las redes sociales, pero hoy tiene nombre: Gatsbying.
Llamar la atención a lo Gran Gatsby
La famosa novela de Scott Fitzgerald, El Gran Gatsby, ha sido más popularizada por el cine en su adaptación fílmica del 2013, protagonizada por Leonardo DiCaprio. Jay Gatsby, el protagonista de la historia, es un millonario enamorado de una joven. Como no se anima a declararle su amor, organiza grandes fiestas sólo para llamar su atención.
El Gran Gatsby organizaba sus grandes fiestas en la década del 20. Pero, si hubiera vivido en la era de las redes sociales, no cabe duda de que hubiera transmitido las fiestas en vivo, sólo para llamar la atención de su amada.
De eso se trata el Gatsbying: subir a las redes sociales lo bien que la estás pasando, alardear de lo que tienes y lo que eres, sólo para llamar la atención de la persona que te gusta.
Por ejemplo, hoy sales a un bar con amigos. Tomas una cerveza. Vas con tu mejor vestimenta, el pelo arreglado. Te sientes en tu mejor momento. Entonces, subes una foto o un video que retrata lo fantásticamente que te encuentras.
Pero de todos los likes que recibes, a ti solo te interesa uno: el de esa persona. Subes la foto para impresionarla. Sólo quieres que te preste atención.
Sí, sé que sientes identificación. Yo también lo he hecho. Y se llama Gatsbying.
¿Fin del romanticismo?
Digamos la verdad. Más allá de que se haya tomado su nombre, la estrategia de Gatsby era mucho más divertida. Organizaba fiestas en la que todo el mundo la pasaba bien, no se limitaba a subir una historia.
Llamar la atención de la persona que te gusta de manera indirecta es algo que se ha hecho siempre, como nuestro buen amigo Fitzgerald retrata en su novela. Pero quizá el hecho de hacerlo virtualmente le quita un poco de riesgo, y un poco de encanto.
Es cierto que, probablemente, funciona. Y que hoy en día las relaciones tienen un fuerte componente virtual, y hay que vivir con ello.
Pero quizá, volver al romanticismo puede marcar la diferencia. Esa persona que quieres ve cientos de historias al día. ¿Pero cuántas veces al día recibe una invitación especial a un evento único?
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¿Te animarías a convertirte en un Gatsby como el de la novela, alejándote de las redes sociales?
Fuentes: