Esta historia hay que contarla casi que como un capítulo de Stranger Things, la serie de Netflix, en la que se muestra un divertido mundo real y a la vez existe un mundo paralelo en el que nadie se atreve a entrar.
Así había transcurrido el mundo de la moda hasta 2013. Tendencias, ropa de bajo costo, nuevas marcas y llamativas campañas publicitarias. Luego, un día ocurrió un desastre que el que murieron más de mil trabajadores de fábricas de ropa en Bangladesh y fue ahí cuando nació Fashion Revolution.
Este movimiento nace en 2014 para visibilizar ese mundo paralelo que no es agradable, que es intimidante pero que tiene varios monstruos adentro que deben ser combatidos en orden de respetar los derechos humanos y salvar al planeta.
A través de Fashion Revolution, nace una de las campañas más reconocidas ¿Quién hizo mi ropa? El cual es un llamado a cuestionarnos que detrás de las prendas que vestimos hay trabajadores, costureras, distribuidores y todo un sistema que necesita ser expuesto de forma transparente. Que invita a crear conciencia de que nada justifica la explotación de millones de personas por un vestido y que como consumidores tenemos el poder y el deber de elegir ropa que nos haga sentir bien y que sea responsable con las personas y el planeta.
Este movimiento nace en Europa y se a expandido a cientos de países. Ahora, que las movilizaciones indígenas se están levantando en Colombia, que vemos la quema y tala de bosques consumir al Amazonas y los bosques en Argentina, que la desigualdad es más evidente que nunca y que los gobiernos se ponen del lado de las multinacionales y no del medio ambiente, es tiempo de que Fashion Revolution tome fuerza en Latinoamérica y que, como consumidores nos unamos para visibilizar lo que hay detrás de nuestra ropa.
Hablamos con Jessica Pullo, actual directora de Fashion Revolution Argentina y nos contó sobre varias herramientas y proyectos que se están cocinando que son necesarios para lograr elevar el nivel de conciencia entre consumidores y marcas y así darle voz a lo nuestro.
Lo primero que debemos hacer es unirnos. Como países de Latinoamérica todavía no tenemos una conciencia colectiva que la riqueza y recursos que debemos proteger, entonces trabajar de la mano es fundamental. Por ejemplo, se está planeando que dentro de la Fashion Revolution week de 2021, exista un día para celebrar y reconocer el talento y las problemáticas de la región.
En segundo lugar, el plan incluye la creación de herramientas para las marcas y distintos actores de la industria para la expansión del conocimiento. Por ejemplo, crear manuales de buenas prácticas para evitar la apropiación cultural, glosarios en terminología de moda sostenible y biomateriales, un mapa de naciones indígenas.
Finalmente, se espera visibilizar los desastres naturales referidos a la industria textil, por ejemplo, el caso de la contaminación causada por la curtiembre Waltrading S.A. en Laguna Cerró, Río Limpio, para que los gobiernos actúen sobre la situación en cuestión.
Es momento de unirnos también, para que nuestras mujeres costureras, sean tan visibles como los colores y siluetas de la moda latinoamericana que hoy son referentes y han nacido de tradiciones culturales, del clima y del talento de los diseñadores locales. Encontrar la conexión y la belleza entre lo que compramos, lo que usamos y las miles de historias misteriosas y desconocidas detrás de un vestido es la misión de Fashion Revolution y todos están invitado para unirse y sumar a esta aventura.