Los astronautas europeos podrían pisar la Luna por primera vez a partir de 2027 gracias a la misión Artemis, pilotada por la NASA, y su nave o cápsula Orión.
Por primera vez, Estados Unidos confió a la Agencia Espacial Europea (ESA) y al gigante aeroespacial Airbus la responsabilidad de un sistema fundamental para el éxito de una futura misión tripulada.
A cambio, los europeos tienen tres plazas garantizadas en los vuelos de la misión, probablemente a partir de 2027, aunque se está discutiendo la posibilidad de conseguir un billete antes.
El papel de los europeos es crucial. Proporcionan "la mitad de las naves espaciales que llevarán a los hombres a la Luna y, por supuesto, de vuelta a la Tierra sanos y salvos", afirmó Marc Steckling, responsable de exploración espacial de Airbus.
Cabe señalar que Pekín prevé enviar humanos a la Luna en 2030, pero Estados Unidos y Europa no tienen intención de dejarle la vía libre.
En marcha la misión Artemis
La misión Artemis busca demostrar que la NASA y los europeos son capaces de competir con China y SpaceX, que tienen cada uno sus propios programas.
Los europeos empezaron a suministrar módulos de servicio (ESM) para las cápsulas Orión. Una vez terminado, el módulo será trasladado al Centro Espacial Kennedy de Florida.
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Ya se entregó el módulo 2 y se están montando los tres siguientes.
"Estamos bien encaminados para cumplir el requisito de la NASA de entregar un ESM al año", afirmó Steckling, uno de los principales responsables del proyecto de 2.000 millones de euros.
Una primera misión Artemis, un vuelo alrededor de la Luna sin astronauta, fue realizada con éxito a finales de 2022. La delicada entrada en la atmósfera a unos 40.000 km/h se desarrolló sin contratiempos.
Artemis 2 enviará astronautas en órbita alrededor de la Luna en 2024. Artemis 3 debería tomar el relevo como muy pronto al año siguiente, en 2025, y permitir el alunizaje de dos astronautas, la primera mujer y el primer hombre de color, que sucederán a los 12 hombres que ya han pisado la Luna.
Objetivos claros
El objetivo final es poner en pie un ecosistema lunar para comprender y explorar mejor la Luna y, a más largo plazo, realizar misiones tripuladas a Marte.
"La Luna es un libro de historia del que podemos aprender, gracias sobre todo al estudio de los meteoritos que allí se encuentran, cómo se formó la Tierra y cuál es su futuro", dijo a la AFP el astronauta alemán Alexander Gerst, que ya ha pasado dos periodos a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS).
"Conserva también la historia del sistema solar desde su creación y ha permanecido relativamente intacta, ya que no tiene atmósfera ni erosión", señaló Philippe Berthe, responsable de la coordinación del programa en la ESA.
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La Luna también contiene recursos explotables, sobre todo en su polo sur, que, según Berthe, podría contener hielo de agua que podría utilizarse para fabricar combustible.
EE (APF, ESA, NASA)