Los perros regulan sus impulsos y comportamientos de manera similar a los humanos, más concretamente a los niños pequeños, según ha revelado una reciente investigación publicada por la revista Animal Cognition.
El grupo de investigadores identificó seis marcadores clave de la función ejecutiva en perros, muchos de los cuales se superponen con las estructuras asociadas con la cognición humana, incluida la capacidad de seguir instrucciones, controlar los impulsos físicos y utilizar la memoria de trabajo.
Como los niños pequeños
La investigadora principal, Maike Foraita de la Universidad La Trobe -Australia-, dijo que a pesar de expresarlo de diferentes maneras, los perros regulan su comportamiento de manera similar a los niños pequeños.
"Un perro mascota aprende a controlar sus impulsos de forma muy parecida a como lo hace un niño; inhibe su impulso de morder los muebles o ladrar a los visitantes, puede recordar rutinas y hacer lo que dice su dueño", dijo Foraita.
"Los humanos también hacemos esto: exhibimos inhibición de retraso e inhibición motora cuando esperamos que nos entreguen un pedazo de pastel en lugar de coger todo el pastel con nuestras manos", agregó.
La interacción con los humanos, clave en su comportamiento
Foraita destacó que es muy probable que los perros hayan desarrollado estas estructuras cognitivas similares a las humanas durante decenas de miles de años viviendo en entornos domésticos.
"Al vivir con humanos durante los últimos 30.000 años, los perros han dependido de la regulación del comportamiento adaptada al entorno humano para su propia supervivencia", señaló la experta.
"Un perro que atacase a sus dueños o robase comida de sus platos no habría sido bienvenido, por lo que, con el tiempo, han desarrollado funciones cognitivas que reflejan las de los humanos para asegurarse su comida y cuidado", declaró Foraita.
¿Cómo se hizo el estudio?
Los investigadores trabajaron en conjunto con entrenadores de perros profesionales, incluido el personal de la organización para ayudar a personas no videntes Seeing Eye Dogs - Vision Australia, para identificar comportamientos que podrían ser relevantes para la función ejecutiva.
Luego, el grupo de científicos encuestó a 741 dueños de perros y les pidió que calificaran a sus perros en estos comportamientos. El resultado fue la Escala de Función Ejecutiva del Perro (DEFS), que encontró seis componentes del funcionamiento ejecutivo en perros: flexibilidad conductual, atención hacia el dueño, inhibición motora, seguimiento de instrucciones, inhibición de retraso y memoria de trabajo.
La importancia de entrenar a los perros
Foraita explicó que los perros de trabajo, incluidos los de granja y los perros de asistencia, tienen la función ejecutiva más desarrollada: "Los perros guía, por ejemplo, tienen que ser excelentes para regular su comportamiento. Su capacidad para seguir instrucciones e inhibir los impulsos de perseguir gatos o jugar con otros perros mientras trabajan muestra una función ejecutiva altamente desarrollada", agregó Foraita.
El estudio también encontró que los perros de criadores tenían niveles más altos de función ejecutiva que los de los refugios, y que el entrenamiento es el factor clave en el desarrollo de la función ejecutiva, lo que significa que con las intervenciones adecuadas, la mayoría de los perros podrán exhibir estos importantes marcadores de regulación de la conducta.