Se ha indagado sobre la ciencia detrás de la envidia: por qué es tan poderosa y cómo podemos evitarla. Según una experta de Harvard, no es una manifestación mala, sino mal manejada por las personas.
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Un diálogo publicado en “The Harvard Gazette”
Con el nombre de The Harvard Gazette se conoce un medio de difusión de esta universidad. Previamente, se editaba como un pequeño periódico. En la actualidad, se divulga de modo digital por medio de Internet.
Ha sido en este medio que se conoció un diálogo de la psicóloga Jennifer Lerner, donde se ahondó sobre el sentimiento de envidia. Se habló sobre sus causas, así como afecta a quien la padece en grado superlativo.
El gran problema de la envidia es que se enfoca hacia otra persona. No es desear lo que otro tiene, sino que ese otro no lo tenga. Es un sentimiento de competencia, muy relacionado con la interacción social.
Analizando este sentimiento en detalle
No es nuevo hablar de este tema, pues hace tiempo se dedujo que los seres humanos parecen experimentar placer ante la “caída de otro”. A su vez, no se desea que otras personas escalen posiciones por encima de uno.
- La envidia nace como un llamado de alerta social: ver lo que otros logran, para no quedarnos rezagados. La comparación es inevitable en seres gregarios, como los son los humanos.
- También, permite que el grupo humano entienda sus posibilidades. No quedarse con una actitud conformista, sino tratar de lograr las mismas metas que han alcanzado otros individuos.
- El problema no es cuando las personas han logrado éxitos, sino que este sentimiento se maneja mal. Se convierte en “resentimiento” y no en “admiración”. Entonces, se ataca con deshonestidad al envidiado.
- Otra causa de envidia es el menosprecio del otro. Sucede cuando se considera que el “otro es inferior” y no merece lo que ha logrado. Entonces, se gesta de idea de una falsa injusticia que provoca conflictos.
- También, se manifiesta en el deseo de “no ser opacado”; por lo que se minimiza el éxito de los demás.
- Este sentimiento es fuerte porque no es temporal, sino que permanece. La ira, por ejemplo, es explosiva. En cambio, la envidia es latente. Suele causar angustia y negatividad en quien la padece.
- También, es capaz de torcer comportamientos. Además, es subrepticia. Muchas veces, hay gente envidiosa y no es posible detectarla hasta que hacen o comentan algo que delata lo que sienten.
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¿Estás de acuerdo con este análisis de la envidia? Es una manera de entenderla, siendo necesario cambiar su faceta negativa. Hay que admirar los logros ajenos y usarlos como modelo a seguir.
Fuente:
INFOBAE