Todos somos diversos, y la pandemia es un claro momento para visualizarlo. Frente a esta situación hay quien se organizó, quien no dudó en salir a asistir al otro, quien se puso a hacer barbijos, quien ya sabía que algo iba a suceder, quien encontró el momento ideal para tomarse un tiempo, quien tomó todos los recaudos, quien no deja de pensar en las cosas maravillosas que hará después, quien no deja que la situación lo domine y quien busca armonizar todas las demandas que la situación impone.
Todas estas actitudes, predisposiciones y visiones del mundo corresponden a nueve diferentes eneatipos. ¡Sigue leyendo para conocer de qué se trata!
El eneagrama
El eneagrama es un sistema de nueve tipologías que nos ayuda a reconocer aquello que ya sabemos sobre nosotros mismos y, a su vez, a conocer el propósito que tiene vincularnos con los otros eneatipos. Así como un color no es mejor que otro, pero, en general, un color determinado nos parece más afín; del mismo modo, no hay un eneatipo mejor. Sin embargo, hay uno en el que nos reconocemos.
Cada eneatipo, tiene un conjunto de características distintivas; es su don, lo que vino a regalarle a los otros. Que podamos reconocer y compartir nuestras sabidurías específicas es la misión de vida de cada eneatipo. A su vez, cada uno recibe de los otros eneatipos los dones, sus características distintivas, que han traído para nosotros.
Es decir, su finalidad es visualizar cómo cada eneatipo recibe de los otros, al mismo tiempo que brinda, en un proceso continuo de autoconocimiento, cambio y transformación. Al vincularnos con los otros, nos enriquecemos y abrazamos la diversidad. Es más, nos conectamos con la unicidad y con la totalidad.
La armonía de dar y recibir
Cuando privilegiamos el dar ante el recibir, se ocasiona una pulsión involuntaria a imponer la mirada propia. Esta situación conlleva dos riesgos íntimamente relacionados: no crecer, por no saber recibir la sabiduría de los otros, y un infructuoso modo de dar que puede generar el rechazo del regalo. Este modo de dar de manera que al otro se le dificulte recibir, está vinculado a estar dando sin antes haberse enriquecido con el regalo del otro.
En esta cuarentena, muchas de las tensiones y de los malentendidos surgen, involuntariamente, de este dar (que es leído como un imponer). Es por eso que el conocimiento del eneagrama nos vuelve humildes y responsables. Humildes, porque reconocemos que nuestro eneatipo es “uno de nueve” y responsables, porque aceptamos la tarea que nuestro eneatipo debe realizar en beneficio nuestro y el de quienes nos rodean. Lograr un equilibrio entre compartir la sabiduría propia y estar receptivo a la sabiduría de los otros, requiere una minuciosa y continua auto observación.
Conoce tu eneatipo
Puedes hacer un test para conocer cuál de los nueve eneatipos te corresponde. Haz clic aquí para saber más al respecto.