Cada vez más organizaciones, clubes, grupos y asociaciones se juntan para generar un cambio positivo para el planeta. Desde pequeños productores, pasando por maratones verdes, hasta clubes que reparan productos para que no vayan a parar a la basura, son muchos y muy diversos los actores que se suman a esta ola verde. Ecoclubes son otra de estas agrupaciones que quieren aportar su granito de arena.
Quienes participan de los ecoclubes creen que el “hacer” los forma como personas responsables y les permite ser constructores de un destino común. Promueven valores como la participación, el compromiso y la pluralidad en democracia.
La misión de este espacio se resume en una frase: "Mejorar la calidad de vida de la población”. La idea es poder involucrar al ciudadano en la toma de decisiones sobre su entorno e incentivar a la organización y participación de la comunidad, que todo sujeto sea un “agente de cambio”.
Su visión es fomentar la participación ciudadana para la solución de los problemas que afecten la calidad de vida, a través de la capacitación y la formación de jóvenes que puedan funcionar como “articuladores” de las necesidades locales y generadores de alternativas superadoras para la preservación del ambiente, la promoción de la salud y el desarrollo social.
Los ecoclubes son espacios de formación para el liderazgo, en los que se busca que los propios jóvenes se conviertan en protagonistas. El primero se fundó en 1992 en Firmat, Santa Fe, Argentina, y lugo se expandió por el resto del país, y llegó a Europa, Asia y África. Ya hay más de 500 grupos organizados en 30 países del mundo.
Sus objetivos
- Implementar acciones planificadas que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas.
- Trabajar en la concientización de la población sobre la necesidad de su participación para solucionar los problemas que afectan la estabilidad del ecosistema.
- Difundir actividades que contribuyan al bienestar de la población, a la preservación de los recursos naturales y al logro de un desarrollo sostenible.
- Colaborar con la formación ambiental de las generaciones más jóvenes, para que sean verdaderos agentes multiplicadores de un cambio de conducta que no agreda al ambiente.
Su visión tiene que ver con generar espacios para el liderazgo en los que se fomente la capacitación y organización de los jóvenes, con el objetivo de alentarlos a involucrarse en las problemáticas de sus comunidades y a participar activamente en la implementación de acciones.
Organización
Pueden participar todas las personas que quieran comprometerse a trabajar en pos de de mejorar la vida a la comunidad. Se organizan con una estructura propia en cada uno de los niveles en que se desarrollan acciones: locales, regionales, nacionales e internacionales. En cada una de las instancias se dictan colectivamente su propio estatuto y metodología de trabajo, eligen de forma democrática sus autoridades y definen acciones.
Funcionan mediante reuniones periódicas donde planean acciones, actividades y asumen funciones específicas. Hay diferentes categorías y se dividen por edades:
- Infantiles: a partir de los 12 años ( no asumen responsabilidades en las estructuras organizativas)
- Juveniles: a partir de los 14 años
- Seniors: a partir de los 18 años
"Muchos de nosotros comenzamos a ser parte de Ecoclub en el colegio. Lo que hacíamos era un plan sobre la separación de residuos, siempre trabajando junto a los municipio y a las ONG para apoyarnos y sumar consensos", contó Valeria Pereyra, miembro de Ecoclub Pergamino desde hace más de 15 años.
Las acciones que generan estos espacios son ideales para concientizar, para ser parte, colaborar e involucrarse. En cada una de las ciudades que habitamos puede funcionar un Ecoclub para que los más jóvenes puedan involucrarse con ideas de ayudar al medio ambiente.