Hay dos bebidas diarias que no te dejan dormir y engañan a tu cerebro. Son muy usuales: cafeína y alcohol. ¿Por qué las consumimos? Parecen estimularnos, pero esa sensación no es real y justamente ese es el problema.
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¿Qué hacen el café y el alcohol?
La cafeína estimula el sistema nervioso central. Por su parte, el alcohol minimiza la actividad nerviosa. La mala noticia es que sus efectos suelen perdurar. Se añade que la gente suele combinar estas dos bebidas sin entender sus consecuencias.
Una de las peores consecuencias de esta unión [cafeína + alcohol] son los trastornos del sueño. Se calcula que, al menos, un tercio de la población mundial sufre por alteraciones al dormir: un 20% de los niños y adolescentes, junto a un 48% de los adultos.
Estos trastornos del sueño generan una fatiga diurna. Entonces, inicia un círculo vicioso: para compensar esa fatiga, se consume café o alcohol. Pero estas sustancias empuja a un insomnio incómodo que impide reponer fuerzas.
Un estudio médico revela los problemas del café y el alcohol
Se ha deducido que una taza de café al día elimina 10 minutos de sueño por las noches. Por ende, los tomadores constantes de café están condenados a perder al menos una hora de descanso nocturno, lo cual es bastante grave.
Por otra parte, el alcohol tiene un problema: la gente no siente que descansa. Duerme de manera pesada y se despierta con la típica “resaca”: dolor de cabeza, malestar… y para calmar esta sensación, suele usarse una “taza de café”.
Como resultado, se tiene una constante recaída que impide salir del consumo de cafeína o alcohol. La pérdida de un sueño sano es lo más evidente, a la vez que el tema de que el café y el alcohol parecen camuflarse el uno al otro.
¿Qué significa lo antes dicho? Por una parte, el alcohol es un depresor del sistema nervioso. A su vez, la cafeína es un estimulante. Son sustancia cuyos efectos parecen compensarse, pero en realidad se camuflan entre sí.
¿Qué se recomienda en estos casos?
Los más radicales advierten que no se debe consumir cafeína ni bebidas alcohólicas. Pero, en dado caso, lo más prudente es no ingerirlas de modo paralelo. Es decir, evitar que ambas se combinen causando estragos del sueño.
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¿Eres consumidor asiduo de café o alcohol? Ya sabes que es mala idea ligar estas sustancias. Tal vez, te des cuenta que tus hábitos de sueño están trastocados. Pues, ya es momento de dejar de consumir estas bebidas.
Fuente: 20 Minutos.