Recientes investigaciones están explorando métodos innovadores para combatir la depresión, y uno de los más prometedores es la terapia de calor corporal. Este tratamiento, que se está examinando con interés creciente, podría ofrecer una alternativa notable a las opciones farmacológicas tradicionales.
La terapia de calor corporal, comúnmente asociada con la tranquilidad que ofrecen las saunas, ha demostrado tener efectos significativos sobre los síntomas de la depresión, según un estudio publicado en el International Journal of Hyperthermia. Ashley Mason, una psicóloga clínica del Centro Osher para la Salud Integrativa en la Universidad de California, San Francisco, lideró una investigación que reveló una relación entre las temperaturas corporales más altas y una reducción de los síntomas depresivos.
El estudio involucró a doce adultos diagnosticados con trastorno depresivo mayor, quienes participaron en ocho sesiones semanales de terapia cognitivo-conductual. Adicionalmente, recibieron cuatro sesiones de terapia de calor, donde la temperatura de su cuerpo se elevó 1.5 grados por encima de lo normal durante 140 minutos.
Los resultados fueron alentadores
Los participantes experimentaron una notable disminución en sus síntomas, medida por el Inventario de Depresión de Beck-II, con once de los doce participantes ya no cumpliendo con los criterios para un diagnóstico de depresión mayor al final del tratamiento.
A pesar de estos resultados positivos, críticos como Adam Chekroud, profesor adjunto de psiquiatría en la Universidad de Yale, advierten sobre el potencial efecto placebo en los tratamientos de salud mental. Sin embargo, la premisa del estudio, según Mason, es sólida y digna de una exploración más profunda.
La facilidad y accesibilidad de la terapia de calor podría hacerla especialmente útil para personas que encuentran dificultades en participar en actividades físicas exigentes.
La investigación está en sus fases iniciales, pero Mason es optimista sobre las posibilidades de la hipertermia corporal total. Si se confirman los resultados a través de estudios más amplios y rigurosos, este enfoque podría transformarse en una opción terapéutica viable y eficaz, ampliando el espectro de tratamientos disponibles para quienes sufren de depresión y potencialmente recibiendo cobertura de las aseguradoras de salud.
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Fuente: Infobae