Los arquetipos femeninos de la mitología griega forman parte de la sabiduría milenaria de quienes originaron la civilización actual. Esta cultura representó cada forma de ser, sentir y actuar de las mujeres mediante las diferentes diosas del Olimpo griego. En el Día de la Mujer, te invitamos a cuestionarte ¿Con qué arquetipos de la mitología griega te identificas?.
Lo principal es saber que no existen respuestas correctas o incorrectas, ya que cada mujer cuenta con una personalidad que se ha construido gracias a sus vivencias, relaciones con los demás y elecciones personales. Por lo que si te identificas con más de una, ¡Está perfecto!. Somos versátiles por naturaleza.
¿Qué es un arquetipo?
Siguiendo la teoría del Psicoanalista y Psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, los arquetipos son "tipos de imágenes y símbolos recurrentes que aparecen bajo diversas formas en todas las culturas y forman parte del colectivo humano". Son transversales a todas las civilizaciones.
Sin embargo, su teoría se sirvió de diversas fuentes históricas y una de ellas fueron las civilizaciones de la antigüedad clásica, como los griegos.
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Los arquetipos femeninos en Grecia
Si consideramos las ideas de la antigua Grecia, los arquetipos femeninos son patrones de conducta presentes en la psique de cada mujer y también en el inconsciente colectivo del que habló Jung. Estos rasgos fueron muy bien representados por la mitología griega en la figura y personalidad de las diosas.
En ese sentido, las divinidades femeninas representan diferentes cualidades ligadas a la inteligencia, la vulnerabilidad entendida como sensibilidad emocional y los poderes femeninos de la creación y protección, entre otras.
Las diosas de la mitología griega
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Atenea
Una diosa que se vincula con la inteligencia y las habilidades mentales. La astuta que se guía por la práctica y lo funcional. Se la relaciona con la ambición, el éxito y el generar alianzas con otras mujeres y con hombres.
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Artemisa
Considerada una diosa guerrera que apelaba por la autonomía, la que desafía el poder masculino y desea ser vista con igualdad. Gran amiga de otras mujeres con las que construye una hermandad.
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Hera
El arquetipo ligado a la esposa y los compromisos de amor y pareja. Representada como una mujer emocional y capaz de establecer vínculos profundos con las personas. Muy leal a sus amores.
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Hestia
Conocida como una mujer intuitiva y sabia, su inteligencia se expresa más desde la sabiduría y la comprensión. De personalidad emocional y solitaria, representa lo espiritual y la introspección en la mujer.
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Demeter
Asociada a la figura de la madre, fértil y nutricia. Hace crecer y desarrollarse a todo lo que protege y trabaja por el bienestar de las personas.
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Perséfone
Es la niña por excelencia, no en relación a la edad, sino en cuanto al tipo de personalidad. Representa a las mujeres soñadoras y de espíritu romántico.
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Afrodita
Conocida como la diosa alquímica gracias a que su característica principal es la creatividad. De energía sensual, emocional y amante de la belleza, busca mejorar el mundo y disfrutar de los placeres.
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Cómo utilizar los arquetipos femeninos en la vida moderna
Podemos valernos de estos arquetipos para entender mejor la esencia del ser humano y trabajar en las diferentes áreas de nuestra personalidad.
Un punto clave es comprender que los arquetipos no son estereotipos de género, sino cualidades representadas en las diversas figuras mitológicas.
Es probable que te sientas identificada con varias de ellas en las diferentes etapas de tu vida: quizás de adolescente hayas interiorizado la energía de Afrodita, en el trabajo desarrolles tus labores bajo la proactividad de Atenea y la maternidad te permita expresar cualidades de Demeter.
Además, cada arquetipo posee un lado luminoso y una sombra, es decir: virtudes y otras características que quisieras cambiar y trabajando en ellas podrás alcanzar la plenitud.
Estos ejemplos pueden aplicarse en procesos terapéuticos, ejercicios creativos e incluso en las artes como el teatro y la pintura para exteriorizar y hacer catarsis de las diferentes facetas de nuestra personalidad.