Luego de 20 años de vivir encerrados en el ex zoológico de la provincia de Mendoza, en Argentina, 10 osos pardos fueron liberados para encontrar su lugar en un santuario en Colorado, Estados Unidos, en noviembre del año pasado.
"Somos más humanos mejorando la vida de estos animales, que en algunos casos llevaban casi 20 años encerrados", sostuvo el ex gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo.
Gracias a Geraldine Vidal, titular de la organización Enfoque Animal y representante en Argentina del Wild Animal Sanctuary -el refugio en el que están los animales-, tenemos la oportunidad de ver su recorrido: la profesional, que se dedica al rescate y a la protección de los animales, decidió retratar su travesía de cuatro días en un documental de 10 minutos.
"La primera vez que visité a los 10 osos de Mendoza, me detuve en cada uno para poder observarlos con detenimiento, y cuando llegó la hora de visitar al oso que estuvo 19 años en un pozo, trataba de entender lo que ese ser sentía, recuerdo que lo miré a los ojos y le dije que algún día iba a estar en su lugar y eso iba a significar que él ya era libre", cuenta Geraldine en una publicación en su cuenta de Facebook.
En este relato, se refiere a Athila, uno de los osos más sufridos del ex zoológico mendocino (y, hoy, Ecoparque provincial): por haber intentado escapar de su recinto, fue confinada a pasar casi 20 años en un pequeño espacio a modo de fosa, oculto al público y originalmente destinado para períodos de reproducción de esta especie.
"Continuamos trasladando animales a reconocidos santuarios naturales del mundo, velando por la mejor calidad e vida de todos los animales que se alojan en el Ecoparque de Mendoza. Entendemos que el mundo está cambiando de paradigma y los animales no merecen ser un objeto de exhibicionismo para el entretenimiento de los demás", sostuvo la directora del Ecoparque, Mariana Caram.
Si bien la de Athila es la historia más dura, la vida de los otros nueve osos también fue dificil. Mabel vivió durante muchos años sola, confinada en un recinto de pobre enriquecimiento ambiental. Luego están Sorpresa, Julieta -que vivió sola hasta 2016, Esperanza, Libertad, Rosa -que vivió en soledad hasta dejar su jaula, Fausto, Buko y Yogui.
En su publicación en las redes sociales, Geraldine compara el pozo en el que debió vivir Athila con el hábitat en donde conviven libres los 10 osos. Hoy, Athila y los otros nueve osos ya viven en esta gran reserva para animales carnívoros y exóticos que vivieron en cautiverio gran parte de sus vidas.
"Eternamente agradecida con todos los que se involucraron. Sin duda, cuando se quiere y hay voluntad y corazón, ¡todo se logra!", concluyó la rescatista.