En un almacén al norte de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, se recrean escenas desgarradoras: un rinoceronte con un agujero de bala en la cabeza, una jirafa envenenada y un león mutilado. Estas son las escenas del crimen que se encuentran en la Wildlife Forensics Academy (WFA), una institución dedicada a combatir la caza furtiva mediante la enseñanza de técnicas forenses.
La amenaza creciente de la caza furtiva
En África, los rinocerontes son uno de los objetivos principales. En la última década, se han perdido alrededor de 10.000 rinocerontes, principalmente en Sudáfrica. En 2023, casi 500 rinocerontes fueron cazados furtivamente en el país, con más de 300 de ellos en la provincia de KwaZulu-Natal, hogar del Parque Hluhluwe-iMfolozi. A pesar de esto, solo se registraron 49 detenciones y se incautaron 13 armas de fuego en dicha provincia.
Formación forense para aumentar las condenas
Greg Simpson, cofundador de la WFA, busca aumentar el número de condenas a través de la formación forense. Los delitos contra la fauna silvestre a menudo ocurren en áreas remotas sin testigos, y los primeros en responder pueden sin querer perturbar la escena y contaminar las pruebas, lo que dificulta la captura y castigo de los culpables. "Es crucial enseñar a la gente a recoger pruebas utilizables en investigaciones que puedan llevar a juicios", afirma Simpson.
Simulación realista de escenas del crimen
La WFA ofrece una experiencia de formación inmersiva, utilizando animales conservados mediante taxidermia y heridas simuladas con pintura roja para recrear escenas realistas. El almacén, diseñado para parecerse a un paisaje africano seco, incluye una casa y un camión de cazadores furtivos listos para ser inspeccionados en busca de huellas dactilares y otras pruebas.
Después de investigar la escena del crimen, los estudiantes aprenden a analizar químicamente las pruebas en un laboratorio in situ. La formación culmina en una réplica de una sala de tribunal, donde practican la presentación de pruebas y enfrentan contrainterrogatorios. Phil Snijman, director de educación de la WFA y exabogado y fiscal, subraya la importancia de la credibilidad de las pruebas en el tribunal.
Impacto de la formación en las condenas
La WFA, fundada en 2022, atrae a estudiantes universitarios de todo el mundo y a guardas forestales, ofreciendo cursos de una a cuatro semanas. Este año, espera formar a unas 200 personas. Leita Mkhabela, guardabosques de la unidad antifurtivos Black Mamba, asistió a un curso en abril y planea aplicar los conocimientos adquiridos para mejorar la recolección de pruebas en el campo.
Hay indicios de que la formación está dando frutos. Según la WFA, un guardabosques logró recoger restos de veneno en una escena de crimen, lo que permitió a la policía confiar en una futura condena de los cazadores furtivos. Otros laboratorios forenses en África, como los de Malawi y Botswana, también están viendo resultados positivos en la lucha contra la caza furtiva.
Desafíos legales y la importancia de las pruebas
Kevin Pretorius, director de la Green Law Foundation y abogado especializado en derecho penal y medioambiental, señala que uno de los mayores obstáculos para condenar a los cazadores furtivos es la "admisibilidad de las pruebas". La acusación debe probarse "más allá de toda duda razonable", y la formación en recolección de pruebas es crucial para asegurar condenas.
La WFA no solo busca apoyar la aplicación de la ley, sino también generar conciencia sobre las amenazas del comercio ilegal de especies silvestres. "Es una amenaza para la biodiversidad y para la salud humana", afirma Simpson. Mejorar el conocimiento sobre estos delitos es vital para tratarlos como una prioridad global.
En conclusión, la Wildlife Forensics Academy está desempeñando un papel crucial en la lucha contra la caza furtiva. A través de la formación forense y la sensibilización, la WFA está ayudando a mejorar la recolección de pruebas, aumentar las condenas y proteger la biodiversidad del planeta.
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