Vamos a comentar por qué apostar por la ternura en la primera infancia. En América Latina, los niños son expuestos a situaciones de rudeza, lo cual les forja un pensamiento y actitud de desconfianza, de sobrevivir en vez de vivir.

También te puede interesar: Reciclaje inclusivo: El rol de los recicladores urbanos en el cuidado ambiental

La infancia: una etapa donde se forja la relación con el mundo

Un adulto suele ser el reflejo de su niñez. Por eso, hay que tener cuidado con el ambiente en el cual crecen los pequeños. Los psicólogos insisten en que la ternura, el cuidado, el ambiente natural y una buena escuela son las claves al respecto.

Lastimosamente, en América Latina y el Caribe, los niños crecen en contextos socioeconómicos vulnerables. Poca alimentación, violencia doméstica y social, sin una educación adecuada ni una higiene que permita su desarrollo saludable.

¿Resultado de lo anterior? Niños que crecen aprendiendo que deben defenderse, que la violencia es la manera de darse a respetar, que no se debe construir una relación con otras personas, sino aprovecharse de las circunstancias para sobrevivir.

Depositphotos_10516353_XL (1)

Los niños deben crecer en un ambiente positivo

De ese modo, al ser adultos, tenderán a colaborar y no estar al margen; a no sentirse como seres que deben obtener lo que necesitan a toda costa. Y es que un ambiente dañino hace que los niños vean luego a la sociedad con desconfianza.

A su vez, los niños que crecen en ambientes dañinos tienden a ser más egoístas en sus relaciones. Han aprendido que deben sobrevivir a toda costa, por lo que lo crean lazos con otras personas que no sean para algún beneficio temporal, sin empatía.

En cambio, las experiencias de cuidado y ternura tienen un impacto diferente en los niños. Al crecer, los niños tienden a replicar los tratos que recibieron. Justamente, ese concepto de “espejo” es el que se busca al dar a los infantes un ambiente sano.

Depositphotos_335312864_XL (1)

América Latina: una región agresiva con la infancia

Los planes de desarrollo, las inversiones en educación, los ambientes urbanos… nada parece estar enfocado a los niños en esta región del mundo. Los pequeños crecen en ambientes hostiles, de abusos físicos y emocionales, o de desinterés.

Esta situación causa un sentimiento de desapego en los niños, que luego se manifiesta por completo en la adultez. Por ende, una niñez en un ambiente de ternura y positivo es lo mejor para crear ciudadanos, personas que desean construir y formar parte de una sociedad.

También te puede interesar: Plásticos y reciclaje: ¿qué hacer con el plástico que ya no usamos?

¿Has pensado en la importancia de una niñez agradable? Hay que reflexionar aún más acerca del asunto, ya que vivimos en un mundo donde la etapa infantil no recibe la adecuada atención, ni se gestiona de manera correcta.

Fuente:

EL PAÍS