Antonio Ripoll es un joven encantador e inteligente, su discurso bien elaborado y lleno de pasión hace que sus escuchas le presten atención hasta el final. Una persona vio las cualidades de este joven durante la pandemia y le propuso presentar una serie “sobre fauna y diversidad humana” de esta manera Antonio resume el proyecto quien además ha estudiado para ser guardaparques.

“Decir que estoy contento no le hace justicia”, dice en una frase muy uruguaya.

El proyecto, el cual ya se encuentra en emisión emana una sensación esperanzadora donde el espectador siente que puede lograr lo que se propone. La serie se llama “Bichero” y está dirigida a toda la familia, pero, en especial, a personas en el espectro autista.

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Antonio fue diagnosticado a los 4 años con síndrome de Asperger. Sus años de desarrollo (infancia y adolescencia) estuvieron llenos de burlas por parte de sus compañeros.

“El interés por los animales me salvó definitivamente porque la pasión por la naturaleza fue mi guía de escape. Básicamente, los animales me brindaron un camino nuevo, me hicieron descubrir una escena que la mayoría de niños de Montevideo no sabe que está ahí, pero está. Gracias a ellos yo pude encontrar algo para volver a darle un sentido al aprendizaje, y sobre todo para volver a sentirme feliz, porque cuando yo sufría burlas, lo único que quería era volver a casa y ponerme a aprender de bichos”, cuenta.

Antonio comenta que el proyecto estuvo lleno de desafíos en todo momento: llevó tres años poder llevarlo a cabo a totalidad. Sin embargo, afirma que a él le hizo bien poder participar de esto. “Tenía 20 años de cosas acumuladas que necesitaba liberar”, reconoce.

Este joven propone una forma distinta de apreciar la realidad, Antonio se aleja de simples datos enciclopédicos y presenta la diversidad como un elemento que comparten todos los seres vivos, siendo esto algo que enriquece a la naturaleza.

El equipo está conformado por Nicolás Kronfeld como periodista y productor y Pablo Banchero como director, quien fue teniendo en cuenta cada detalle para que cada elemento del proyecto garantice una experiencia segura y grata para las personas con TEA. Además, el proyecto se desarrolló con la ayuda de una amplia diversidad de profesionales como psicomotricistas, fonoaudiólogos y psicólogos, quienes cuidaron las formas y la estructura del contenido para lograr un producto adecuado.

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Los episodios fueron filmados en tres países: Argentina, Uruguay y Costa Rica. Antonio se propone recorrer todo el mundo.

“La naturaleza y los bichos me acompañaron. Cada uno es único”, resume. “Algunos fueron sencillos de registrar, otros fueron dolorosamente complicados al punto de hacernos replantear la insistencia”, reveló. "Este es el primer paso de mi sueño”.

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Fuente: TN.