El ajedrez, un juego ancestral que enfrenta a dos jugadores en un tablero de 64 casillas, ha demostrado ser mucho más que un simple entretenimiento. Agustín Teglia, sociólogo y apasionado del ajedrez desde su infancia, ha encontrado en este juego una poderosa herramienta para combatir la violencia y la marginalidad, integrando a niños y adolescentes de barrios vulnerables y centros de reclusión juvenil.
Desde su experiencia como facilitador de talleres en barrios desfavorecidos y centros de internación, Teglia ha observado cómo el ajedrez puede ser un vehículo de aprendizaje y socialización. Contrario a la creencia popular de que el ajedrez es solo para personas muy inteligentes o de clase alta, Teglia ha comprobado que este juego puede ser accesible y beneficioso para todos, independientemente de su edad o nivel de habilidad.
Lee también: Nació sin piernas pero una decisión le cambio la vida: hoy es ingeniero y orador.
Uno de los aspectos más destacados del ajedrez es su capacidad para desarrollar la atención activa y la concentración. Al jugar ajedrez, los participantes deben planificar sus movimientos con anticipación y adaptarse a las estrategias de su oponente, lo que estimula el pensamiento estratégico y la toma de decisiones.
Además, el ajedrez fomenta la creatividad y la resolución de problemas, ya que cada partida es única y requiere un enfoque diferente. Al aprender nuevas habilidades y enfrentarse a desafíos constantes, los jugadores mejoran su capacidad de adaptación y su confianza en sí mismos.
En un estudio realizado por la BBC en colaboración con la University College London, se encontró que participar en actividades creativas, como jugar al ajedrez, puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo y el bienestar emocional, independientemente del nivel de habilidad de los participantes. Esto sugiere que el simple acto de participar en una actividad creativa puede ser beneficioso para la salud mental y emocional.
El ajedrez no solo es un juego de estrategia, sino también una herramienta poderosa para integrar a comunidades vulnerables y promover el desarrollo personal y social. A través del ajedrez, niños y adolescentes pueden aprender habilidades valiosas que los ayudarán a enfrentar los desafíos de la vida con confianza y determinación.
Fuente: RedAcción.