Todos hemos vivido alguna vez el alejamiento físico o emocional de alguien que ocupaba un lugar importante en nuestra vida. Puede que haya sido una pareja, nuestro padre o madre, un amigo o un hermano. Que no esté más con nosotros no siempre implica que haya muerto. A menudo, los caminos simplemente se bifurcan, y eso también se vive como un duelo: el vínculo que teníamos se corta, y eso duele y angustia.

Sin embargo, no dejamos de recordar los momentos felices, las palabras dichas, los abrazos, los besos, los encuentros, las anécdotas. Todo eso convive con nosotros aunque esa persona ya no esté físicamente en nuestra vida.

Hay quienes dicen que recordar es pasar por el corazón, porque a través de algo tan sencillo como una imagen, un sonido, un aroma, nos permite traer al aquí y ahora todo eso que nos llenó de calidez y alegría en otro momento. Pero, ¿cómo convivir con esos recuerdos? ¿Cómo hacer cuando se extraña tanto a alguien que ya no está?

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Si esos recuerdos te generan hoy emociones o reacciones negativas, como ira, ansiedad, llanto, depresión, culpa, tristeza o problemas para dormir, debes saber que es posible aprender a sobrellevar la situación. Es algo que necesita su tiempo y su proceso para sanar.

Al final, no te olvidarás de todo, pero esas emociones perderán un poco de intensidad. Sucede lo mismo cuando te golpeas: al principio sientes mucho dolor, pero luego se cicatriza y todo sana. Nuestras emociones también necesitan de este tiempo de sanación.

Consejos para que recordar a alguien que no está deje de ser tan triste

  • 1. No te juzgues

Si lloras, te enojas o angustias, no te critiques. Eso solo hará que te sientas peor. Debes aprender a aceptarte en los malos momentos. Estas emociones no serán permanentes. Todo pasará, y esas reacciones que tienes ahora son parte del proceso.

  • 2. Enfoca tu atención en otra cosa

Si tienes una fecha próxima que sabes que te recordará a alguien que ya no está en tu vida, o estás muy angustiado por tus recuerdos, quizás sea una buena idea hacer otra cosa, cambiar el foco de atención. Visita a un amigo, practica alguna actividad que te guste y te requiera concentrado, como yoga o pintura.

  • 3. Escribe

Escribir puede ser muy catártico. Ayuda a descargar, a aclarar las ideas, a despejar la mente, a liberar la emoción. Puedes usarlo como una herramienta si estás muy angustiado. Escríbele simbólicamente a esa persona si lo necesitas, o redacta lo que sientes, sin importar la forma, es algo solo para ti.

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Mujer leyendo en la playa
  • 4. Comienza algo nuevo

Aunque ahora te duela, un final es solo una parte de la vida. Hay muchas otras cosas que te rodean que pueden alegrarte y por las que podrías agradecer. Siembra simbólicamente una intención, algo nuevo que quieras para ti. Incluso puedes volverlo más concreto y plantar una semilla, por ejemplo, como un pequeño ritual para recordarte que la vida tiene mucho más para ti.

Recuerda: así como la mente puede bloquearnos y enredarnos en pensamientos pesimistas, también tiene el poder de despejarlos, enfocando la mirada en lo que nos haga bienestar. El dolor es parte de la vida, sí, pero también lo es el amor y eso no debes olvidarlo.

  • 5. Apóyate en otros

No está mal pedir ayuda si lo necesitas. Busca apoyo en las personas que te quieren, deja que te contengan, date permiso para disfrutar, para reirte, para sentir placer en las cosas que te gustan. El amor te ayudará a sentirte mejor, te reconfortará y te conectará con lo más positivo de la vida, eso que está ahí esperando que lo veas cada día un poquito más.

Si el duelo que estás atravesando es muy intenso para ti, empeora o bloquea tus actividades es importante que puedas consultar con un terapeuta para que pueda ayudarte a transitarlo de la mejor manera, y así asmiliar el aprendizaje de manera positiva.

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Fuente:

Clarín