La búsqueda de la felicidad es uno de los principios fundamentales de la existencia humana. Hay personas felices, de corazón contento por naturaleza, y otras a las que todo les pesa y aqueja. La diferencia está en la mirada, en dónde se pone el foco frente a los problemas y la forma en que se acciona en los desafíos.
Más allá de las ganas, la voluntad y la determinación personal por ser más felices, es la actitud la herramienta de auto conocimiento que podemos entrenar para vivir más plenos, sin tantas complicaciones innecesarias; sobre todo, en la negra fantasmática de los pensamientos oscuros que suelen invadirnos.
Ahora bien: el cerebro es el eje central que regula el funcionamiento humano; incluso el bienestar, o la desazón (según en lo que quieras poner el ojo). En este órgano rector se generan cuatro sustancias, que provocan cadenas de reacciones según los estímulos que recibimos.
Puede haber dolor, bronca, resentimiento, culpa; y también, alegría, disfrute, gozo y placer. Es decir, que así como generamos reacciones que podemos definir como negativas, también es posible crearlas en el signo opuesto, positivamente.
Los cuatro fantásticos: neurotransmisores clave
En los estudios de las neurociencias se pone énfasis en aprovechar los neurotransmisores para que las personas vuelvan a “cablear”, a conectar, a rutear sus neuronas para que puedan asimilar mejor y más velozmente las situaciones desafiantes de la vida. Se trata de la dopamina, oxitocina, endorfinas y serotonina.
Cuando aprendemos a estimular estos neurotransmisores, la vida fluye mejor. Esto no significa que dejarás de sentir y vivir los problemas: lo que sí es seguro es que las herramientas de afrontamiento surgirán casi sin esfuerzo, y podrás conectar con el vaso medio lleno (que siempre existe y no siempre lo vemos).
En lenguaje sencillo, aquí explico brevemente las funciones de cada uno, y las formas accesibles de entrenarte para fortalecer estas capacidades que tienes en tu cerebro, para conquistar una mejor actitud de vida:
1. Dopamina
Es la sustancia cerebral que se asocia con el enamoramiento, el bienestar y las sensaciones positivas de los logros. A su vez, es una hormona que concentra la felicidad que provoca una recompensa. La dopamina es esencial en el proceso de la motivación, las ganas, el desafío de lo nuevo. Es la que provee energía, entusiasmo y el optimismo.
Como provoca los centros cerebrales del placer, también es la que genera personas con adicciones (drogas, alcohol, tabaco, medicamentos, etcétera). Esto se debe a que regula las sensaciones placenteras, y justamente eso es lo que se busca cuando alguien se hace adicto a la evasión: sentirse mejor, aunque sea en forma aparente y por un momento.
Para tener más dopamina en tu vida: duerme bien (al menos ocho horas diarias); haz ejercicio con regularidad (mínimo tres veces por semana), pasa tiempo al aire libre (es fundamental que tengas contacto con la luz solar), toma mucha agua, y permítete disfrutar de los logros.
La risa -incluso de tus propios errores-, el buen humor, bailar, estar con personas que te hacen bien, escuchar música agradable y ponerse a bailar solo o acompañado, son otras formas de estimular la dopamina.
2. OXITOCINA
Es la hormona de la confianza y de los lazos que tiendes con los demás, contribuyendo a la empatía, la habilidad de ponerte en los zapatos de los demás para observar las situaciones desde su perspectiva. El compartir, el confiar, la entrega sincera, el abrazo, la intimidad con otros, son parte de lo que provoca.
Para tener más oxitocina en tu vida: come chocolate amargo, haz el amor, practica la solidaridad y la empatía sincera. Estimula la risa y el buen humor en ti y provócalo en otros; mantén pensamientos positivos; da abrazos que duren al menos 20 segundos cada uno; besa; mima a tu mascota; crea experiencias de valor positivo que te estimulen y te hagan crecer; respetar a los demás y genera entornos positivos -aún en momentos desafiantes, por ejemplo, descubriendo el aprendizaje detrás del problema-
3. ENDORFINA
Es muy conocida como la hormona de la felicidad, y la reconoces de inmediato cuando te enamoras (porque cambia tu estado interno casi mágicamente), cuando haces ejercicio (tal vez fuiste sin ganas, y, al salir, estás lleno de energía y entusiasmo); cuando estás excitado y expectante por algo que te entusiasma; y también; cuando comes algo muy sabroso; e incluso cuando sientes dolor (porque quieres salir de ese estado).
Para estimular mejor las endorfinas: Reír; no tomarse las cosas demasiado a pecho; no tomar nada como personal en las interrelaciones con otros; correr; cantar; bailar; nuevamente, chocolate lo más oscuro posible; movimiento físico que te haga bien; ver películas, series y leer libros que te inspiren y te ayuden a crecer como personal; respiración consciente; yoga; meditación; mindfulness y cualquier disciplina que te conecte con la felicidad interior.
4. SEROTONINA
Actúa directamente sobre las emociones y es responsable de la sensación de bienestar, generando optimismo, buen humor y las habilidades sociales; en forma opuesta, inhibe el impulso agresivo, de violencia y de ira.
La serotonina regula el estado de ánimo, el hambre, la ganas de tener sexo y el sueño. Este neurotransmisor se activa cuando estamos disfrutando de cualquier actividad; las emociones se transforman en positivas y te vuelves más sensitivo a lo que sucede alrededor. Esto se traduce en mayor sensibilidad, por ejemplo, para conectar con el momento y vivir en el presente.
Para estimular la serotonina en tu cerebro: sé agradecido; haz algo por otros; practica la bondad; recuerda los buenos momentos; resignifica (encuentra un nuevo significado) para las situaciones dolorosas, aprendiendo de ellas; practica la gratitud varias veces al día; disfruta del sexo con amor; duerme lo suficiente; hidrátate en cantidades abundantes (mínimo dos litros de agua por día).