A continuación te propongo cuestionarnos un poco sobre el hábito de poner excusas, o mejor dicho: el hábito de boicotear nuestros deseos más anhelados.
Probablemente cuando te pregunté cuáles estaban siendo tus excusas para no estar viviendo la vida de tus sueños ahora mismo, se te vinieron algunas respuestas a la mente. Y es que generalmente a las personas les es muy fácil elaborar excusas, y a medida que lo practican se van especializando aún más.
Puede que seas un bachiller, un licenciado o incluso un magister en excusas.
¿Qué es lo que determina tu grado en la carrera de las excusas?
Tu constancia y consistencia, como en cualquier otra carrera. Y es que las excusas son un hábito y como cualquier otro hábito, se forman gracias a la práctica repetida y sostenida en el tiempo.
Si sos una persona que se acostumbró a poner excusas, entonces tendrás el hábito de poner excusas y probablemente vas a encontrar fácilmente una justificación para no hacer eso que deseás –en cualquier área de tu vida–.
¿En qué se traduce esto? En acabar saboteando tus sueños y tus metas más anheladas, porque al final el hábito es más fuerte.
Ahora te voy a dar una buena noticia, porque no todo es tan malo y la moneda siempre tiene otra cara: los hábitos se pueden cambiar. Y eso quiere decir que tu actitud frente a los desafíos también se puede cambiar y podés transformar el hábito de las excusas, por el hábito de la excelencia, y vas a descubrir cómo hacerlo al terminar de leer este artículo.
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¿Estás preparado para cuestionarte un poco? ¡Allá vamos entonces!
Empecemos por lo principal, revisar –y cuestionar– la palabra EXCUSA, y en el diccionario encontramos esta definición:
‘Razón o argumento que se da para justificar una cosa, en especial una falla, un error o una falta o para demostrar que alguien no es culpable o responsable de algo.’
[Fuente: Definiciones de Oxford Languages by Google]
‘Para demostrar que alguien no es culpable o responsable de algo’, acá nos encontramos con el condimento clave cuando hablamos de transformación, y es la RESPONSABILIDAD.
A través de las excusas renunciás a tu responsabilidad, y esto puede sonar atractivo considerando que de esa manera nadie puede culparte y podés seguir igual, pero cuando lo miramos con perspectiva y a largo plazo es un gran problema.
Resulta que la responsabilidad y el poder están directamente relacionados, siempre digo que vienen en combo. Cuando renunciás a una, renunciás a la otra también. Y de la misma manera, cuando aceptás una, también aceptás a la otra.
Cuando reconocés tu responsabilidad, también reconocés tu poder para accionar sobre la situación y generar resultados distintos.
«Tus quejas, tu drama, tu mentalidad de víctima, tus culpas y todas tus excusas nunca te han acercado ni un paso a tus metas o sueños», Steve Maraboli.
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¿Estás interesado o estás comprometido con hacer un cambio en tu vida?
¿Cuántas veces quisiste cambiar algo en tu vida? ¿Cuántas veces quisiste empezar a hacer algo nuevo que sabías que era bueno para vos? ¿Cuántas veces anulaste esos deseos con excusas?
Lo cierto es que en la vida tenés dos opciones: o tenés resultados, o tenés excusas. Las dos no caben en el mismo lugar.
¿Estás interesado o estás comprometido con hacer un cambio en tu vida? La diferencia es que si estás interesado, lo querés pero encontrás excusas o ‘peros’.
Si estás comprometido, lo querés y estás decidido a hacerlo sin importar nada más.
Y es que la línea –extremadamente delgada– que separa al éxito del fracaso, se llama DECISIÓN. Una decisión consistente y direccionada puede cambiar tu vida PARA SIEMPRE.
¿Cómo vencer las excusas y aumentar tus resultados en 5 pasos?
¿Entonces cómo hago para vencer las excusas y ponerme en marcha, Nahir?
Bueno, a continuación te voy a mencionar los 5 pasos que considero más importantes.
- Hacelo consciente y cuestionate
‘Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás destino’ decía Jung.
El primer paso para dejar de repetir, es hacerlo consciente. Y el primer paso para hacerlo consciente es tener la valentía de reconocerlo.
Una vez que lo reconocés, sería bueno que te preguntes ¿Para qué estoy poniendo excusas? ¿Qué pasaría si logro esto? ¿Para qué estoy bloqueando el recibir estos resultados?
- Dejá de esperar
El responsable de hacer que lo que deseás suceda y ponerte en marcha sos vos. Dejá de esperar que alguien venga a salvarte y en cambio, tomá el control de tu vida.
¿Estuviste haciendo algo por eso que deseabas o solo esperaste? ¿Qué más podrías haber hecho? ¿De qué otra manera podés hacerlo? No te rindas, no te resignes, no compres creencias de otros. Dejá de esperar y CREÁ, hacé que suceda.
- Viví desde el propósito
Motivación es tener motivos. Vivir desde el propósito es lo que va a marcar la diferencia, pero resulta que la mayoría de las personas renuncia a esto, y en cambio se conforman con lo que el mundo les fue poniendo delante.
No es fácil, lo sé. Pero si en este momento no sabés cuál es tu propósito en esta vida, entonces tu propósito es descubrirlo.
- Plan de acción
Establecé planes de acción con metas claras y objetivos a cumplir. Cuanto más específico seas, mejor. Esto te va a permitir ordenarte y tener foco en lo que quieras conseguir.
La energía fluye y se expande en donde dirijas tu atención, de ahí la importancia de no dispersarla y crear estrategias para mantener el foco.
Una vez que programás a tu cerebro con un plan de acción, él mismo se va a empezar a mover casi automáticamente hacia eso, esto es algo maravilloso que tenemos todos los seres humanos, pero la diferencia es que la mayoría no lo aprovecha porque justamente no planean nada.
- Cumplite a vos mismo
La disciplina es lo que separa a los soñadores de los hacedores. Si te cuesta la disciplina, empezá a desafiarte a vos mismo para generar autoconfianza, porque al igual que nos pasa con un amigo cuando nos dice que va a hacer algo, no lo hace y vamos perdiendo la confianza, nos pasa con nosotros mismos.
Proponete hacer algo y hacelo, empezá por las pequeñas cosas. Por ejemplo: ‘Me voy a levantar y hacer la cama’ aunque te suene ridículo, hacelo y cumplite. Hacelo en ese mismo momento.
Vas a ver que así vas a ir acostumbrando a tu cerebro a que cuando te decís de hacer algo, lo cumplís.
Y de esta manera, acostumbrándote a vos mismo a cumplirte y tomar acción, es que vas a ir generando nuevas conexiones para desarrollar hábitos que te sean funcionales.
Y así es como cambiás el hábito de las excusas, por el hábito de la excelencia.
Nahir Elizabeth – nahirelizabeth.com