De pronto todo de tiñó de rosa en estas semanas.
Rosa en las redes sociales, en los anuncios, en las vidrieras, en los empaques, y hasta en campañas políticas donde un candidato se pinta los labios de ese color para subirse a la ola viral.
¿Es una coincidencia o está estratégicamente planificado? Dejo esta respuesta a tu criterio; sólo diré que ‘casualmente’ coincide con el estreno de una película de Barbie con una inversión en publicidad y marketing que se estima que supera los 100 millones de dólares, sin contar el efecto viral sin costo producto de las relaciones públicas y repercusiones espontáneas.
Ya desde fines del 2022 este color se quería imponer, en distintos tonos en la moda y las tendencias de consumo. Sin ir demasiado lejos, la empresa Pantone todos los años elige el color del año, y para ella, fue el Viva Magenta, una especie de rosa fuerte, que, según la poética de los comunicados de prensa de la firma, “vibra con brío y vigor. Es un tono arraigado en la naturaleza que desciende de la familia del rojo y expresa una nueva muestra de fuerza.”
¿El rosa es de nena, y el celeste de nene?
El color rosa tipo Barbie -al que en América del Sur también se denomina “rosa chicle” por la apariencia de una goma de mascar muy popular-, es un fenómeno notable que deja huella en la industria del marketing y las marcas.
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Una rama de la psicología se dedica al color y estudia cómo influyen en nuestras emociones, percepciones y decisiones.
Veamos qué denota este color en el imaginario popular y social, sin necesidad de caer en eso de que “el rosa es de nena y el celeste de nene”, aunque esta afirmación está vigente en muchísimos países, y parece que no puede discutirse.
👉 Para contrarrestar el argumento típico, puedes mirar en la calle a un hombre con su camiseta rosa, a la marca del cocodrilo con sus rosas de distintas tonalidades, automóviles, accesorios y camisas de vestir. Es decir, pasemos la página en el tiempo.
El rosa tipo Barbie, con su asociación a la inocencia, la ternura y la feminidad, para los psicólogos del color, despierta sentimientos de calma y tranquilidad. Se ha convertido en un símbolo de esperanza y optimismo para muchos, generando un efecto positivo en el estado de ánimo.
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Esta paleta tiene un atractivo emocional que conecta con una amplia audiencia, especialmente con el público femenino. Estudios de neuromarketing han demostrado que el rosa puede influir en nuestras decisiones de compra y aumentar la percepción de la calidad de un producto.
Desde esa disciplina, también se ha estudiado que este tipo de rosa ha demostrado aumentar la atención y el tiempo de permanencia de los consumidores en anuncios y tiendas. Además, su uso en envases puede sugerir suavidad y delicadeza, lo que atrae a aquellos que buscan productos amigables y suaves.
No hay que ser un experto para saber que siempre predomina en góndolas de productos para bebés, en la ornamentación de vidrieras y decoración y en tiendas de dulces.