Respirar es algo que hacemos de forma automática desde el primer día en que llegamos al mundo. Aunque no estamos constantemente pensando en que inspiramos y exhalamos constantemente, cuando nos tomamos un momento para hacer consciente nuestra respiración, recordamos y dimensionamos lo vital que es para todos los órganos de nuestro cuerpo, ¡y también para nuestra mente y pensamientos!
[Lee también:¿Qué tipo de Yoga es mejor para ti?]
- Existen distintas técnicas que pueden ayudarnos a volver más consciente este proceso. Una de ellas es la llamada "respiración de fuego" o Agni Prana, un Pranayama típico de Kundalini Yoga, que tiene múltiples beneficios:
[Lee también: 2 tipos de respiración que quitan el cansancio, el estrés y el dolor de cabeza en 5 minutos]
La "respiración de fuego" se caracteriza por ser un tipo de respiración rápida, ligera, rítmica y continua.
¿Cómo hacerla?
- Siéntate en una postura cómoda y con la columna recta, sin un apoyo.
- Al inhalar expande el vientre y al exhalar, lleva tu ombligo hacia dentro, contrayendo el abdomen y "pegándolo" a la columna vertebral. Inhala y exhala por nariz, sin pausa. Al inhalar relaja; y al exhalar, contrae.
- Aumenta la velocidad (de a poco, escúchate). Puedes ayudar tu coordinación poniéndote una mano por encima del ombligo para sentir cómo se contrae. Por lo general, se hace a una velocidad de 2 o 3 respiraciones por segundo.
Notas y advertencias: si nunca lo haz hecho, hazlo en períodos cortos de tiempo hasta encontrar la fluidez. Si estás embarazada es mejor que no practiques esta técnica, y además también es importante que mantengas un ritmo constante para evitar marearte.
Errores comunes:
- Hacer la respiración al revés: inhalar contrayendo el vientre y exhalar relajándolo.
- Elevar el tórax, levantar los hombros o tensarlos (aunque es común hacerlo al comienzo).
- Inhalación o exhalación más larga una que otra. Deben ser iguales por eso es importante que el ritmo sea constante.